¿Y si no lloviera en la Amazonía?
La muerte de los árboles libera a la atmósfera el dióxido de carbono que almacenan y acelera el calentamiento global.
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El Río Amazonas atraviesa la selva. Foto: Getty Images.
Una sequía sostenida sobre la selva amazónica podría generar la muerte de los árboles, su crecimiento disperso y altas temperaturas, según el proyecto Esecaflor, con 24 años de observación del cambio climático en el principal pulmón del planeta.
De acuerdo con el estudio realizado por el equipo científico, la caída de la vegetación libera a la atmósfera el dióxido de carbono almacenado y acelera el calentamiento global.
El experimento
Para evaluar el estrés ambiental, los investigadores cercaron una hectárea con seis mil paneles de plástico, encargados de desviar la mitad de la lluvia del Bosque Nacional de Caxiuana, en Brasil.
El agua fue reconducida mediante canaletas y zanjas en el perímetro de la parcela.
Justo al lado, los expertos instalaron un área de tierra idéntica, sin modificaciones sobre el curso del líquido vital.
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También colocaron instrumental para medir la humedad del suelo, la temperatura del aire, el crecimiento de especies vegetales, el desarrollo de las raíces y el flujo de la savia.
La agencia espacial de Estados Unidos (NASA) procesó los datos y ayudó a comprender el nivel de estrés en el bosque.
A single drought season in the Amazon rainforest can reduce the forest's carbon dioxide absorption for years after the rains return, according to a new study. This look at the long-term legacy of drought used satellite data to map tree damage + mortality: https://t.co/3nQjG4AP0r pic.twitter.com/5kuZZfxLJK
— NASA (@NASA) August 11, 2018
¿Cuál fue el descubrimiento?
Durante la etapa inicial, el ecosistema parecía resistente a la sequía, pero unos ocho años después ocurrió una disminución muy pronunciada de la biomasa, según la profesora de Ecología de la Universidad de Exeter, Lucy Rowland.
La situación generó la pérdida de alrededor del 40 por ciento del peso total de la vegetación, y la parcela pasó de reservorio a emisor de dióxido de carbono, antes de estabilizarse.
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No obstante, la investigación desmintió predicciones anteriores sobre la transformación de la selva tropical en una llanura de pastizales o una sabana, a causa de estrés hídrico.
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Meteorólogo muestra los paneles de plástico que simulan los efectos de una sequía, como parte del proyecto Esecaflor. Foto: AP.
Ensayo a la inversa
Los responsables del análisis retiraron en noviembre pasado la mayor parte de los paneles de plástico, para evaluar la capacidad de recuperación del entorno.
El vicecoordinador de Eseecaflor, João de Athaydes, explicó que el bosque se adaptó a la sequía, por lo cual la idea es evaluar si puede volver a su situación inicial tras la nueva modificación.
Para este experimento, los científicos solo alteraron la humedad del suelo, no obstante, fenómenos naturales más complejos como El Niño originan además una reducción de las precipitaciones, picos de temperatura y mayor sequedad del aire, lo cual agrava la situación del ecosistema.