La OTAN es una alianza de guerra, no una fuerza para la paz
En un mundo donde la gente está desesperada por poner fin a la guerra y ansiosa por ver una transferencia de fondos públicos del ejército a las necesidades humanas, la OTAN debería convertirse en una reliquia del pasado.
En su discurso durante la cumbre de la OTAN en Lituania, el presidente Biden llamó a Estados Unidos y Europa "anclas para la seguridad global" cuando en realidad no hay anclas durante esta época cada vez más peligrosa y polarizada de guerra interminable en Europa. Los aliados de la OTAN no son, como sugeriría Biden, anclas en un mar turbulento de demonios, sino catalizadores que agitan el caldero de la guerra en nombre del imperio estadounidense.
La inestabilidad de la alianza de la OTAN fue evidente en la controversia sobre el tema clave de la membresía de Ucrania. Biden y su administración intentaron trabajar en ambos lados de la calle. Por un lado, Biden insistió en que “el futuro de Ucrania está en la OTAN”. Pero luego, EE. UU. se asoció con Alemania para asegurarse de que la cumbre hiciera solo una declaración vaga sobre la incorporación de Ucrania cuando los aliados estén de acuerdo y "se cumplan las condiciones", lo que provocó la ira de un presidente Zelensky furioso. El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, le dijo a CNN que todos “deben ver de frente el hecho” de que permitir que Ucrania se una a la OTAN en este momento “significa una guerra con Rusia”.
Pero esto no significa que Biden o la OTAN estén listos para respaldar las conversaciones de paz, sino lo contrario. La Cumbre de la OTAN se produjo inmediatamente después de la muy despreciada decisión de Biden de enviar bombas de racimo prohibidas a Ucrania. Y en la Cumbre, Francia anunció planes para enviar nuevos misiles de ataque de largo alcance; Alemania anunció una nueva ronda de ayuda militar, incluidos tanques y proyectiles de artillería; y 11 países de la OTAN se comprometieron a entrenar a pilotos ucranianos para volar aviones de combate F-16 con capacidad nuclear.
En resumen, Zelensky de Ucrania se retiró de la cumbre de la OTAN con una declaración de años de subsidios militares, un cheque en blanco virtual para hacer de Ucrania un representante permanente para mantener la hegemonía estadounidense. A medida que los miembros de la OTAN envían a Ucrania más y más armas destructivas, la aterradora posibilidad de una guerra más amplia, incluso una guerra nuclear, proyecta una sombra sobre todo el mundo.
En lugar de buscar una solución negociada, la OTAN ha evitado las conversaciones de paz que podrían abordar cuestiones clave como la neutralidad para Ucrania, los referéndums sobre el futuro de Donbas y Crimea, una zona desmilitarizada a lo largo de la frontera entre Ucrania y Rusia, y los acuerdos de desarme nuclear que eliminarían las armas nucleares de corto alcance de Rusia de Bielorrusia a cambio de la eliminación de los misiles antibalísticos estadounidenses en Rumania.
La OTAN ha empujado al mundo hacia una mayor militarización precisamente en este delicado momento de la historia en el que necesitamos invertir nuestros recursos para frustrar la crisis climática que amenaza el futuro de este planeta con el colapso de ecosistemas, incendios forestales e inundaciones. Además, las decenas de miles de millones de dólares gastados para continuar la guerra entre Rusia y Ucrania podrían invertirse en aliviar la pobreza global que afecta el bienestar diario de millones de familias en todo el mundo.
Una vez más, vemos que el modus operandi de la OTAN es la guerra. La OTAN nunca ha sido una alianza defensiva. Invadió Yugoslavia en 1999 sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. La OTAN libró una guerra de 20 años en Afganistán, dejando a la gente muy pobre y de vuelta en manos de los talibanes. La OTAN derrocó ilegalmente al gobierno de Libia en 2011. Además de la actual guerra con Rusia, tiene la vista puesta en China, construyendo una provocativa alianza militar de Asia-Pacífico con Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda para contrarrestar a China. La OTAN también es una fuente de ingresos para los fabricantes de armas, y es enemiga del desarme nuclear en su oposición al Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
El próximo año, la cumbre de la OTAN se llevará a cabo en Washington DC para conmemorar el 75 aniversario de la OTAN. Sería un buen momento para el surgimiento de un movimiento global por la paz que diga que 75 años de proliferación nuclear, guerra y obsequios a contratistas militares son suficientes.
Sin la OTAN, Europa construiría su propia arquitectura de seguridad para abordar las preocupaciones de seguridad de todas las partes interesadas, incluida Rusia. Sin la OTAN, hay mayores posibilidades de evitar un enfrentamiento con China. Sin la OTAN, el mundo sería un lugar más seguro. En un mundo donde la gente está desesperada por poner fin a la guerra y ansiosa por ver una transferencia de fondos públicos del ejército a las necesidades humanas, la OTAN debería convertirse en una reliquia del pasado.