Tres décadas separan los genocidios de Ruanda y Gaza
Los mismos Estados que una vez dijeron: “Esto nunca volverá a suceder", en referencia a Ruanda, dieron a “Israel” luz verde durante seis meses para matar y destruir a la población palestina de la Franja de Gaza.
Cuando la agresión en Gaza entró en su sexto mes y las acusaciones de crímenes de guerra israelíes aumentaron, esta semana también marcó 30 años del olvido mundial al genocidio de la minoría tutsi en Ruanda.
Según un artículo publicado en el diario británico The Guardian, los mismos Estados que una vez dijeron: “Esto nunca volverá a suceder", en referencia a Ruanda, dieron a “Israel” luz verde durante seis meses para matar y destruir.
Los asesinatos durante 100 días, conocidos como el genocidio de Ruanda, comenzaron el 7 de abril de 1994, cuando los extremistas hutus asesinaron a alrededor de 800 mil tutsis y las grandes potencias, lideradas por Estados Unidos, encontraron razones para no salvarlos.
Pese al creciente número de pruebas de las atrocidades, el entonces presidente estadounidense, Bill Clinton, ordenó a sus funcionarios no describir los asesinatos como genocidio porque ello generaría presiones políticas y legales para el gobierno y evitó que el Consejo de Seguridad de la ONU enviara tropas para detener la masacre, según el periódico británico.
Washington no estaba solo, los soldados franceses en Ruanda salvaron a extranjeros y sus mascotas, pero no hicieron nada por los tutsis.
En su lugar, París emergió sus ilusiones coloniales sobre las áreas de influencia y apoyó al gobierno hutu extremista en el genocidio.
Conforme al periódico, el abandono permitió la extensión de los asesinatos desde la capital de Ruanda hasta otras partes del país, y dio al régimen hutu una sensación de impunidad.
En ese sentido, los organizadores del genocidio consideraron la indiferencia del mundo como una señal para seguir adelante.
A su vez, el sentimiento de culpa por la inacción de las Naciones Unidas llevó a la creación de un tribunal internacional para juzgar a los genocidas y allanó el camino para los juicios en Ruanda, junto con el tribunal paralelo de la exYugoslavia, hacia la creación de la Corte Penal Internacional en 2002 con competencia sobre crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
De acuerdo con la publicación, el enjuiciamiento de docenas de responsables del genocidio fue una señal de que el mundo no permitiría a los criminales contra la humanidad pasar sin castigo, y que la promesa de "nunca más" podría finalmente cumplirse.
A principio de este mes, el presidente Emmanuel Macron reconoció que su país y los aliados pudieron detener el genocidio, pero les faltó la voluntad de hacerlo a pesar de que las pruebas del crimen estaban frente a ellos.
¿Qué valor tiene este reconocimiento explícito de culpa si, después de tres décadas, “Israel” pasa sin castigo por la masacre de los palestinos en Gaza, donde los ataques terrestres y los bombardeos indiscriminados causaron el doble de muertes que las de los combatientes de Hamas?, preguntó el medio.
Al menos 22 mil mujeres y niños fueron asesinados, según estimaciones del Ministerio de Salud de Gaza, equivalente a más del uno por ciento de la población de la Franja de Gaza, con un número indeterminado de desaparecidos bajo los escombros.
Según el rotativo, la agresión a Gaza no es combatir a Hamas, es la sed de la derecha israelí por la tierra palestina, la deshumanización de los árabes durante mucho tiempo y la consecución de las políticas de supremacía judía y apartheid.
Hoy la investigación de genocidio en la Corte Internacional de Justicia es bienvenida, pero será demasiado tarde para salvar a aquellos que aún enfrentan bombas, balas y hambruna en Gaza.
“Los aliados cercanos de `Israel´ deben hacer más que entrelazar los dedos y elevarse al nivel de lecciones de haber aprendido en Ruanda", agregó.
El genocidio puede ocurrir en cualquier lugar, no es solo un fenómeno africano y nunca debe ser visto de esa manera. Lo hemos visto en Europa industrial, en Asia y debemos mostrar vigilancia global, concluyó.