Agresión a Gaza amenaza con dividir al Partido Demócrata en EE. UU.
El genocidio israelí en la Franja de Gaza provocó fricciones entre Biden y sus colegas de izquierda en el Congreso, así como una revuelta de la base joven del partido en forma de protestas en todo el país.
Los centristas del Partido Demócratas, sobre todo el presidente Joe Biden, consideran a “Israel” un aliado clave y presionan para continuar el apoyo material a la agresión contra la Franja de Gaza.
El genocidio contra los palestinos provocó fricciones entre Biden y sus colegas de izquierda en el Congreso, así como una revuelta de la base joven del partido en forma de protestas en todo el país.
Según informes, la congresista demócrata Rashida Tlaib abandonó una reunión con sus compañeros partidistas el jueves cuando fue mencionada la nueva financiación de “Israel”.
Tlaib, firme defensora de la campaña para votar "no comprometido" en lugar de apoyar a Biden en las primarias demócratas, no hizo comentarios sobre si apoyará al presidente en noviembre.
Junto a ella están los representantes Alexandria Ocasio-Cortez, Cori Bush, Ilhan Omar y otros miembros, quienes permanecieron en silencio, mientras sus colegas coreaban "cuatro años más" durante el discurso de Biden sobre el Estado de la Unión.
Varios de ellos llevaban pañuelos keffiyeh como señal externa de apoyo a la causa palestina.
Decenas de congresistas demócratas firmaron este mes una carta en la cual instaron a Biden a detener la transferencia de armas ofensivas a “Israel” hasta concluir una investigación sobre los ataques israelíes con aviones no tripulados contra cooperantes humanitarios.
En general, los votantes estadounidenses apoyan a “Israel”, al igual que la mayoría de los demócratas electos. Pero la creciente presión de los congresistas progresistas, así como de votantes y activistas, llevaron a Biden a mostrarse cada vez más crítico con Netanyahu y a hacer gestos de apoyo a los palestinos como la apertura de un puerto en Gaza para aumentar el flujo de ayuda humanitaria.
Hasta ahora, estos movimientos no lograron aplacar el malestar entre los progresistas. La semana pasada, docenas de organizaciones de izquierda planearon perturbar la próxima Convención Nacional Demócrata bajo el lema “Bienvenida tipo 1968", en referencia a los altercados callejeros masivos ocurridos durante varios días a las puertas de la Convención Nacional Demócrata en Chicago aquel año.
A su vez, los campus universitarios fueron sacudidos por protestas antisraelíes desde el 7 de octubre, los cuales motivaron dos audiencias en el Congreso sobre el antisemitismo en dichos centros de estudios.
Durante esta semana, en la última racha de protestas desordenadas por varios meses, más de 100 manifestantes pro-palestinos fueron detenidos en la Universidad de Columbia, entre ellos la hija de Ilhan Omar.
La legisladora Alexandria Ocasio-Cortez intentó situarse al lado de la línea progresista sin dejar de ser leal al presidente.
Cuando le pidieron responder a los demócratas de izquierda que no podían soportar votar a Biden debido a su apoyo a “Israel”, la representante Mehdi Hassan, fuerte crítica del presidente, prefirió tenerlo como oponente que a Donald Trump, a quien ve como una amenaza para la democracia.
El mes pasado, los manifestantes abuchearon a Ocasio-Cortez por negarse a calificar las acciones de “Israel de genocidio”.
Aunque está a la izquierda del presidente, ella y Biden enfrentan el mismo dilema: la base progresista del partido es demasiado izquierdista en temas clave para que los demócratas electos puedan apaciguarlos sin alejar a una porción mucho más amplia de votantes centristas.
De acuerdo con el diputado Ro Khanna, los representantes del Partido Demócrata deben tener cuidado al asistir a las universidades porque los jóvenes no quieren oír si Trump es peor, solo buscan una política exterior más justa.