China y Rusia realizan “cambios tectónicos" en la política global
Los presidentes de China y Rusia instaron a los aliados a resistir la influencia externa, afirmando que los centros globales de poder están cambiando y que un mundo multipolar está en el horizonte.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo de China, Xi Jinping, estuvieron el jueves en la capital de Kazajstán, Astaná, para una reunión de líderes de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), un bloque regional que Moscú y Beijing ven como un contrapeso a la “hegemonía” de Estados Unidos en el escenario mundial.
Xi instó a los países a “resistir la interferencia externa”, mientras Putin expresó que están surgiendo “nuevos centros” de poder político y económico.
“Debemos unirnos para resistir la interferencia externa, apoyarnos firmemente unos a otros, cuidar de las preocupaciones de los demás y controlar firmemente el futuro y el destino de nuestros países y la paz y el desarrollo regionales en nuestras propias manos”, argumentó el jefe de Estado chino en la cita.
“Es de vital importancia para el mundo que la OCS esté del lado correcto de la historia y del lado de la equidad y la justicia”, añadió el mandatario chino.
Mediante una declaración conjunta, publicada por el Kremlin, el grupo destacó “cambios tectónicos en la política global” y pidió que el bloque desempeñe un papel más importante en la seguridad global y regional.
“El uso de la fuerza está aumentando, las normas del derecho internacional se violan sistemáticamente, la confrontación y los conflictos geopolíticos están creciendo y los riesgos para la estabilidad en el mundo y la región de la OCS se están multiplicando”, afirmó.
El comunicado final pidió un “ alto el fuego rápido, completo y sostenible” en Gaza con una “solución integral y justa de la cuestión palestina”.
La declaración no se refirió a la guerra entre Rusia y Ucrania ni a la disputa de China con Taiwán, pero el documento afirmó que el grupo tenía “respeto mutuo por la soberanía, la independencia y la integridad territorial de los estados”.
Un orden mundial justo
Tanto Rusia como China critican periódicamente lo que consideran el dominio estadounidense de los asuntos mundiales.
"El mundo multipolar se ha convertido en una realidad", refirió Putin en sus comentarios en la cumbre, saludando la adhesión de Bielorrusia, un cercano aliado de Rusia, al bloque, convirtiéndose en su décimo miembro.
“Se está ampliando el círculo de Estados que abogan por un orden mundial justo y están dispuestos a defender con determinación sus derechos legítimos y proteger los valores tradicionales”, afirmó Putin. “Se están consolidando nuevos centros de poder y crecimiento económico”.
Irán, país sancionado por Occidente, se incorporó como miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghái el año pasado. A la reunión del jueves también asistió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien se encuentra de visita en Asia Central.
La OCS se fundó en 2001, pero ha adquirido relevancia en los últimos años. Además de China, Rusia y Bielorrusia, sus miembros de pleno derecho son India, Irán, Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Pakistán y Tayikistán.
La OCS pretende ser una plataforma de cooperación con especial atención a la seguridad y la economía, y en particular a Asia Central.
El bloque representa el 40 por ciento de la población mundial y alrededor del 30 por ciento de su producto interno bruto.
Pero es un grupo dispar con muchos desacuerdos internos, incluidas disputas territoriales.
La confrontación entre Rusia y Ucrania ha incrementado aún más el interés de las grandes potencias en Asia Central, donde Moscú busca mantener su influencia tradicional, pero donde China ahora tiene fuertes vínculos a través de su emblemático proyecto de infraestructura, la Franja y la Ruta.
Occidente también está compitiendo por influencia en esta región estratégicamente importante, rica en petróleo y gas y una ruta de transporte crucial entre Asia y Europa.
En la declaración final, la agrupación criticó el “desarrollo unilateral y sin restricciones” de sistemas de defensa antimisiles por parte de países no identificados y alianzas regionales, una queja común tanto de Moscú como de Beijing dirigida a Estados Unidos.