Revelan pruebas del boicot de EE.UU. a negociaciones de Kiev en 2022
La información expuesta por la exsubsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, arroja luz sobre cómo fracasaron las negociaciones de paz en abril de 2022 aunque Rusia y Ucrania estaban dispuestas a hacer concesiones importantes y poner fin al conflicto
La exsubsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, dio crédito a los informes de que las potencias occidentales presionaron a Kiev para rechazar un acuerdo durante el proceso de paz entre Ucrania y Rusia en abril de 2022.
"Relativamente tarde en el juego, los ucranianos comenzaron a pedir consejos sobre hacia dónde iba esto y se hizo claro para nosotros, claro para los británicos, claro para otros que la condición principal de (el presidente ruso Vladimir) Putin estaba enterrada en un anexo a este documento en el que estaban trabajando", expresó Nuland , señalando el requisito de que el ejército de Ucrania esté sujeto a límites estrictos de personal y armamento.
Según un artículo de Foreign Affairs de octubre de 2022, varios exaltos funcionarios estadounidenses manifestaron que “los negociadores rusos y ucranianos parecían haber acordado tentativamente las líneas generales de un acuerdo provisional negociado: Rusia se retiraría a su posición del 23 de febrero, cuando controlaba parte de la región del Donbás y toda Crimea, y a cambio, Ucrania prometería no buscar la membresía de la OTAN y, recibiría garantías de seguridad de varios países”. Esto respalda la idea de que hubo una solución viable en Estambul.
El ex primer ministro israelí Naftali Bennett jugó un papel en esas negociaciones de abril de 2022.
Durante una entrevista, también afirmó que Rusia y Ucrania estaban dispuestas a hacer concesiones importantes y poner fin al conflicto, hasta que la presión del entonces primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, convenció al presidente Volodímir Zelensky de dar marcha atrás en ese acuerdo.
Un representante parlamentario ucraniano en las conversaciones Davyd Arakhamia hizo una afirmación similar: “Esperaban casi hasta el final y nos presionaron para que firmáramos ese documento y aceptáramos la neutralidad. Fue algo muy importante para ellos”.
“Estaban dispuestos a poner fin a la guerra si nosotros, como Finlandia una vez lo hizo, aceptábamos la neutralidad y nos comprometíamos a no unirnos a la OTAN. De hecho, ese era el punto principal. Todo lo demás son 'añadidos' cosméticos y políticos”, añadió el legislador ucraniano.
Los comentarios de Nuland aportan una perspectiva adicional sobre cómo Washington estaba pensando en la situación.
“La gente dentro y fuera de Ucrania empezó a preguntarse si este era un buen acuerdo y fue en ese momento cuando todo se vino abajo”, afirmó.
No está claro en este momento quiénes eran esas personas “de fuera de Ucrania” a las que se refiere Nuland, y cuánta autoridad directa tenían en la situación.
Según el investigador de Eurasia en el Quincy Institute, Mark Episkopos, “la cuestión es más complicada: hasta qué punto esas reservas occidentales fueron decisivas en la medida en que constituyeron un veto firme sobre las conversaciones de paz. Se puede suponer razonablemente que a Ucrania le habría resultado difícil firmar un acuerdo que no contara con el apoyo, al menos tácito, de los países occidentales de los que depende abrumadoramente”.
El especialista agregó: “los comentarios de Victoria Nuland dan más credibilidad a la proposición de que un acuerdo entre Rusia y Ucrania estaba sobre la mesa en Estambul".
Sin embargo, los líderes occidentales aparentemente transmitieron la opinión de que era un mal acuerdo.