Siria, ahora a merced de los juegos de poder regionales y globales
El futuro de Siria depende de su capacidad para reconstruirse como un Estado unificado y soberano. Para el Eje de la Resistencia, una Siria estable es indispensable. Sin embargo, las potencias externas, principalmente Estados Unidos e "Israel", prefieren una Siria fragmentada y debilitada para frustrar la oposición regional a sus ambiciones.
Tras 13 años de guerra, Siria se encuentra atrapada entre las fauces de unas tenazas, una metáfora adecuada para el futuro incierto y precario que se cierne sobre el país. Ahora que la llamada “oposición” armada declaró el control de Damasco tras un bombardeo relámpago sobre varias ciudades importantes y el presidente Bashar al-Assad abandonó, la trayectoria del país pende de un hilo.
En el presente, surgen grandes interrogantes sobre el futuro de la gobernanza y las alianzas, y sus respuestas desempeñarán un papel fundamental en la conformación del destino de la región.
#Video | Imágenes de una reunión entre Al Golani, dirigente del movimiento armado Hay'at Tahrir al-Sham y el ex primer ministro sirio (de la administración de Bashar Al-Assad) para coordinar la prestación de servicios a la población.#Siria #Gobierno #ServiciosPublicos pic.twitter.com/kdc92Tu3Wk
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) December 9, 2024
Reavivando el fuego
Durante el discurso del 26 de noviembre en el que anunció el alto al fuego con Líbano, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, lanzó una dura advertencia a Al-Assad contra “jugar con fuego” y afirmó que “Israel” está cambiando la faz de Medio Oriente.
Esta declaración parece haber desencadenado un ataque bien coordinado de las facciones armadas apoyadas por la OTAN contra el gobierno sirio, con el liderazgo de la organización Hayat Tahrir al-Sham (HTS), dirigida por Ahmad al-Sharaa (también conocido como Abu Mohammad al-Golani), un exagente de Al-Qaeda y fundador de su rama siria y precursor de HTS, el Frente Nusra.
La ofensiva comenzó en Alepo, la segunda ciudad más grande y columna vertebral económica de Siria, y se extendió rápidamente por las provincias, incluido el resto de Idlib, Hama, Daraa, Suwayda, Homs y, finalmente, Damasco.
Al cabo de 12 días, la capital cayó y a Al-Assad y a su familia recibió asilo en Moscú.
Trece años después de los levantamientos iniciales, Siria se hundió en un abismo aún más oscuro, y sus ciudadanos temen lo que les espera.
El ascenso de facciones armadas, respaldadas por el patrocinio turco y con connotaciones extremistas camufladas en retórica religiosa, hace sonar la alarma ante la posibilidad de que se produzca un caos sectario.
A pesar de los intentos de Al-Golani de tranquilizar a la comunidad internacional, al afirmar que la era de las “decapitaciones” terminó, los sirios, especialmente las minorías, siguen cautelosos, tras ser testigos de devastadoras luchas internas entre facciones similares en el pasado.
¿Por qué el gobierno colapsó tan rápidamente?
La familia Al-Assad, que gobernó desde 1971, fue un ejemplo de los gobiernos árabes que no lograron satisfacer las aspiraciones de su pueblo, gobernaron con la lógica de la represión y protegieron el sistema de corrupción.
A pesar de haber sobrevivido a conflictos anteriores con la ayuda de sus aliados, el gobierno sirio no logró implementar reformas significativas que pudieran reconstruir sus bases.
El indulto concedido a Damasco tras la derrota del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) resultó infructuoso. El gobierno de Al-Asad no logró hacer una transición hacia una auténtica reforma ni fomentar una transferencia pacífica del poder, lo que lo dejó vulnerable a nuevos disturbios.
La ofensiva se produjo en un momento de mayor inestabilidad regional. Años de sanciones, agresión israelí e interferencia occidental debilitaron las defensas de Siria. Incluso los aliados de Assad expresaron su conmoción por el rápido colapso del ejército sirio, a pesar de haber proporcionado información de inteligencia.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, señaló: "Nos sorprendió la debilidad del ejército sirio y la velocidad de los acontecimientos sobre el terreno, y Assad expresó su sorpresa por el débil desempeño de su ejército durante su última reunión con el asesor principal del Líder de la Revolución, Ali Larijani".
Las facciones armadas ejecutaron una guerra relámpago meticulosamente planificada, empleando armamento pesado, algunos supuestamente proporcionados por Ucrania, y aprovechando tácticas militares occidentales avanzadas. Sumado a una arremetida mediática que minó la moral, las defensas de Siria se desmoronaron en rápida sucesión.
Los principales aliados sirios, entre ellos Irán y Hizbullah, estaban preocupados por otros conflictos, como el apoyo a Gaza y la lucha contra la agresión israelí en Líbano.
Rusia, enredada en su guerra con Ucrania, retiró activos navales clave de la ciudad portuaria siria de Tartus y se abstuvo de enviar refuerzos significativos.
Los intereses geopolíticos de Turquía, en particular los relacionados con la autonomía kurda y la carga de refugiados, incentivaron su apoyo al derrocamiento del gobierno de Al-Asad.
Mientras tanto, los estados del Golfo, que antes se mostraban reconciliados con Damasco, parecieron cambiar de postura y sumarse a esfuerzos más amplios por rediseñar el mapa regional.
¿Qué se puede esperar?
Mientras las facciones armadas consolidaron el control sobre Damasco, el primer ministro interino sirio, Mohammed al-Jalali, llamó a la unidad e instó a preservar las instituciones estatales. Sin embargo, la capital sigue sumida en el caos.
Los informes sobre saqueos, represalias sectarias y migraciones forzadas intensificaron los temores de una inestabilidad prolongada.
La embajada iraní y las viviendas vinculadas a los partidarios del gobierno fueron blanco de ataques, lo que avivó aún más las tensiones sectarias.
Todo el personal iraní ya desalojó el santuario de Sayyida Zainab, en las afueras de la ciudad, y hasta ahora el lugar no sufrió daños.
Persisten las dudas sobre la gobernanza: ¿adoptará el nuevo liderazgo de Siria un marco secular o sucumbirá a ideologías extremistas?
En Doha se celebró una reunión diplomática con la participación de Turquía, Irán, Rusia, Arabia Saudita y Qatar para analizar el futuro del país.
Las declaraciones del proceso de Astaná y de los ministros de Asuntos Exteriores árabes subrayaron la necesidad de una transición política basada en la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad.
Las filtraciones sugieren que la salida de Al-Assad pudo haber sido parte de un intercambio entre Estados Unidos y Rusia vinculado a Ucrania, aunque estas afirmaciones siguen sin verificarse.
Por otro lado, la decisión de "Israel" de ocupar el Monte Hermón en Siria y establecer una “zona de amortiguación” añadió otra capa de complejidad.
La “nueva Siria” se enfrenta a una elección crítica: resistir las invasiones extranjeras o correr el riesgo de fragmentarse.
El futuro de Siria depende de su capacidad para reconstruirse como un Estado unificado y soberano.
Para el Eje de la Resistencia, una Siria estable es indispensable. Sin embargo, las potencias externas, principalmente Estados Unidos e "Israel", prefieren una Siria fragmentada y debilitada para frustrar la oposición regional a sus ambiciones.
Las respuestas a estas preguntas acuciantes dependerán en última instancia del pueblo sirio, solo ellos pueden determinar el destino de su patria, una nación celebrada durante mucho tiempo como cuna de la civilización, que ahora enfrenta un amanecer incierto.