Si China e India mejoran relaciones, ¿dónde queda el empuje de EE.UU?
Una posible amistad entre ambos gigantes de Asia fue el tema de un reportaje de la revista británica The Economist, a partir de acercamientos comerciales e inversiones en áreas de interés común.
Una posible amistad entre China e India fue el tema de un reportaje de la revista británica The Economist, en el cual analizaron el impacto en la geopolítica de la región si ambos gigantes dejaran de lado sus diferencias, y sobre todo la disputa fronteriza.
Los puntos de desencuentro se remontan a un largo período anterior, pero los fundamentos de las relaciones militares y económicas entre ambos países están en un camino de cambio, y esa realidad obliga a recalibrar la forma de relacionarse entre sí y con el resto del mundo, valoró la revista.
La visión de terceros es importante. Según recuerda el artículo citado, Estados Unidos y sus aliados guardan esperanza de mantener viva esa rivalidad, para empujar a Nueva Delhi hacia una alianza decidida a restringir el poder chino.
Sin embargo, el comercio entre ambas naciones tuvo un aumento tangible en 2020, cuando llegó a 88 mil millones de dólares, lo cual representó para la economía china un superávit de 46 mil millones.
En ese año emergió como el mayor socio comercial de India, y un importante inversor en sus empresas, particularmente en tecnología, bienes raíces e infraestructura.
Pero en 2020, también, las escaramuzas fronterizas pusieron todo eso en riesgo. India prohibió unas 320 aplicaciones chinas, impuso una ola de impuestos a varias empresas veicinas e introdujo nuevas reglas de aprobación del gobierno para aceptar otras inversiones.
A pesar de esa crisis, el comercio bilateral de productos básicos creció un 43 por ciento en 2021 y un 8,6 por ciento el año pasado.
La inversión china también encontró múltiples métodos, a veces a través de Singapur y la empresa china de moda en línea, Shein, cuya aplicación India prohibió en 2020, para relanzar en asociación con Reliance Industries, que es la empresa privada más grande de India.
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Por su parte, varios empresarios indios pretenden depender de las importaciones chinas en los próximos años para acelerar su prosperidad, según la revista.
El gobierno indio quiere lograr sus objetivos de desarrollo de infraestructura e industrialización en cooperación con China. Por ejemplo, la industria farmacéutica de la India depende de China para casi el 70 % de sus ingredientes activos, hizo notar el medio británico.
También señaló que unas relaciones comerciales prósperas contribuyen a una toma de decisiones más equilibrada en ambos lados y a lograr una estabilidad en el tema fronterizo, como las tres décadas de armonía alcanzadas con la visita del ex primer ministro indio Rajiv Gandhi a China en 1988.
Como puntos en común en la arena internacional, The Economist mencionó las aspiraciones de un papel más importante en la gobernanza global, el rechazo a las críticas occidentales sobre los derechos humanos y el cambio climático y las preocupaciones compartidas sobre cualquier expresión de extremismo.
En definitiva, concluyó el reportaje, la posibilidad de entendimiento entre China e India no hará feliz a los estadounidenses o sus aliados, quienes ven a la India como "un contrapeso para China".
Sin embargo, la perspectiva de una amistad chino-india puede ser el camino más realista hacia una relación sostenible y mutuamente beneficiosa entre los gigantes de Asia.