La comunidad drusa es parte integral de Siria y no acepta separación
La máxima autoridad de la secta monoteísta drusa en la provincia siria de Sweida, Cheik Yusuf Jarbou, llamó al pueblo a tener un enfoque completo para no desviarse de la línea nacional.
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La máxima autoridad de la secta monoteísta drusa en la provincia siria de Sweida, Cheikh Yusuf Jarbou.
La comunidad drusa es parte integral de Siria y nunca aceptará la separación del gobierno central, declaró la máxima autoridad de la secta monoteísta en Sweida, Cheikh Yusuf Jarbou.
Durante una reunión el martes con varios dirigentes, entre ellos el gobernador de la zona rural de Damasco, Safwan Abu Saadi, Jarbou denunció la aparición de demandas erróneas en la gobernación de Sweida y llamó a los pobladores a no desviarse de la línea nacional y defender la unidad como opción estratégica.
Las declaraciones de Jarbou ocurrieron en el contexto de varias protestas locales apoyadas por el llamado Comité de Coordinación de oposición a Damasco.
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Por medio de un comunicado, varios oficiales retirados pidieron la formación de una "junta directiva temporal" para gestionar los asuntos de la gobernación y la apertura de un paso fronterizo con Jordania.
Con anterioridad, la presidencia espiritual de la comunidad drusa en la gobernación de Sweida calificó de "opiniones personales" la intención de varios exmilitares de formar una seudoadministración en la región.
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Tales demandas representan a sus dueños y no la posición del liderazgo espiritual en absoluto, enfatizó el mensaje del jefe de la comunidad, Hikmat al-Hijri, preocupado por la difusión de la iniciativa en numerosas sitios web y redes sociales.
En ese contexto, la oficina de medios de la presidencia confirmó el diálogo entre Al-Hijri y los exoficiales involucrados en las gestiones separatistas, encabezados por el general de brigada Nayef al-Aqel, a quien presentaron la visión sobre las propuestas en Sweida.
A su vez, el liderazgo espiritual del pueblo druso dio la bienvenida a todos los segmentos de sus fieles en la sede de su congregación, en la aldea de Qanawat, donde fueron escuchadas las opiniones de las personas, independientemente de sus aspiraciones u orientaciones políticas y religiosas.
