Al menos 307 personas murieron y otros dos mil 21 resultaron heridos como consecuencia de los bombardeos de las fuerzas de la coalición saudita en Saada, desde el inicio de la tregua en Yemen declarada a principios de abril de 2022 hasta el 8 de septiembre de este año.

Según las declaraciones a Al Mayadeen del portavoz del Ministerio de Salud en el gobierno de Saná, Anis Al-Asbahi, el número de víctimas de los ataques directos incluye niños y mujeres yemeníes, pero no contempla a los cientos de inmigrantes y solicitantes de asilo africanos fallecidos cuando intentaban cruzar a Arabia Saudita.

Con anterioridad, el titular de Relaciones Exteriores, Hisham Sharaf, denunció la exposición de la República Yemen a la agresión y el asedio de la alianza invasora por noveno año consecutivo, en flagrante violación de todas las normas y convenciones internacionales.

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Asimismo, consideró la continua intransigencia de Estados Unidos y sus mecanismos regionales una amenaza para la seguridad y la navegación internacional en el Mar Rojo.

En ese sentido, llamó a la comunidad internacional a presionar para poner fin a la agresión y el bloqueo y demandar la suspensión del suministro de armas al eje criminal.

Hace unos días, el jefe del Consejo Político Supremo de Yemen, Mahdi Al-Mashat, exigió a los rivales de su país abandonar las prácticas hostiles y avanzar hacia una atmósfera de paz y diálogo.

También instó a usar el lenguaje de la conexión y la unión de experiencias entre generaciones.

Al mismo tiempo, subrayó la necesidad de abandonar la lógica del odio y declarar una ruptura con todos los patrones fallidos.