Guerra de octubre de 1973: cuando los árabes casi lo logran
En los primeros días de la guerra, "Israel" comprendió no sólo la fragilidad de su existencia como ocupación ajena a la región, sino también la fuerza de sus enemigos.
La Guerra de Octubre, como acontecimiento histórico, contribuyó a configurar el panorama político de Medio Oriente hasta el día de hoy. Sus repercusiones pasaron factura al pueblo árabe en su lucha contra la hegemonía occidental en la región.
En octubre fue librada la guerra de liberación contra el pilar central de esa hegemonía, la entidad de ocupación llamada "Israel".
Tras la derrota de 1967 (al-Naksa), resultado de un ataque sorpresa israelí y la falta de preparación árabe, entre otras razones, el derrotismo dominó la discusión general y el discurso político árabe.
Varios regímenes árabes aliados con Occidente, como Arabia Saudita y Jordania, salieron beneficiados de esa narrativa derrotista para justificar el llamado pragmatismo en sus decisiones políticas, las cuales implicaron abandonar las causas árabes generales.
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La narrativa derrotista dominó las discusiones de ese período y pasó de pretender una cierta inferioridad cultural a su falta de innovación y su mentalidad general llamada "estancados en el pasado".
Si bien una derrota material empuja a las naciones y a los pueblos a innovar y buscar razones tangibles, esa desmoralizó a una porción considerable de los árabes, muchos pensadores entraron en un círculo de complejos de inferioridad y de culpabilidad exagerada.
Esa mentalidad sirvió a las monarquías árabes opuestas al nacionalismo árabe y al joven proceso de unificación panárabe en ese momento.
No entraremos en detalles sobre la acción militar durante la guerra de octubre de 1973, conocida por los israelíes como la Guerra de Yom Kippur, sino más bien ilustraremos de manera breve su impacto en la narrativa israelí y árabe tras el cese de las operaciones militares.
La ofensiva
Una breve mirada a las interacciones del liderazgo israelí antes del inicio de la guerra revelaría un nivel significativo de arrogancia, pues fueron ignorados múltiples informes de inteligencia sobre la posibilidad de que los árabes comenzarían la ofensiva. La magnitud de la derrota árabe en 1967 convenció a los israelíes de sus prejuicios racistas: los árabes son inherentemente menos inteligentes e incapaces de emprender una guerra moderna.
En los primeros días de la guerra, "Israel" comprendió no sólo de la fragilidad de su existencia como entidad de ocupación ajena a la región, sino también la fuerza de sus enemigos.
Egipto y Siria, después de 1967, desarrollaron sus capacidades militares con la ayuda de países amigos del bloque oriental como la Unión Soviética, Alemania Oriental, Corea del Norte y Cuba. Realizaron diversos informes para estudiar las causas de la derrota de 1967 y aprender valiosas lecciones y su utilidad para la próxima guerra de liberación.
Egipto empleó técnicas ingeniosas desde el empleo de buzos para bloquear las tuberías, las cuales supuestamente incendiarían el Canal de Suez, hasta el uso de mangueras de alta presión para eliminar las barreras de tierra colocadas por los israelíes en la orilla oriental del canal.
Estas barreras tenían un ángulo de 45 a 65 grados y tenían una altura máxima de 20 metros. Su principal objetivo era detener cualquier asalto anfibio a través del canal. Aún así, tuvieron un impacto mínimo durante la etapa inicial tras arriesgar los puentes de pontones y dos ejércitos egipcios cruzaron la barrera del agua.
Luego, las fuerzas egipcias procedieron a establecer posiciones defensivas llenas de un complejo sistema antitanque de múltiples capas. Este sistema estaba compuesto por armas AT al hombro, misiles guiados y cañones de fuego directo de varios calibres. Las pérdidas israelíes durante el contraataque fueron terribles.
En el frente sirio las cosas no fueron diferentes. La batalla para recuperar los Altos del Golán fue costosa y dura. Los israelíes estaban atrincherados en terrenos más altos desde donde disparaban contra las columnas sirias.
Después del empujón inicial, los sirios estaban a tiro de piedra de la Palestina ocupada, y el pánico cundió en las filas de los líderes israelíes cuando comenzaron a surgir conversaciones sobre "la destrucción del tercer templo". Algunos informes incluso revelaron amenazas de armas nucleares contra ciudades árabes.
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Después de fuertes bombardeos de artillería, los tanques y soldados sirios empujaron con fuerza hacia los refugios y fortificaciones en terreno elevado para asegurar el envión.
Imaginar un colapso total de "Israel" en esa guerra no era descabellado. Los sirios también realizaron un desembarque sin precedentes desde helicópteros sobre el puesto de vigilancia israelí en la montaña Jabal al-Shaikh (Hermon) y tomaron prisioneros a todo el equipo de oficiales israelíes. Estos prisioneros revelaron información sensible luego de convencerse del triunfo de los árabes y el derrumbe de la entidad sionista.
Estados Unidos al rescate
En respuesta a una amenaza inmediata al principal ejecutor y matón de Occidente en la región, Estados Unidos estableció una de las mayores operaciones de transporte aéreo estratégico para ayudar a los israelíes, suministró 22 mil 325 toneladas de tanques, APC, proyectiles e incluso aviones del tipo más moderno a reemplazar las pérdidas no recuperables sufridas por las fuerzas de ocupación .
Era difícil concebir a "Israel" lanzando una contraofensiva en el último período de la guerra si no fuera por los suministros estadounidenses. Estados Unidos incluso utilizó sus aviones espía para explorar la zona del desierto de Sinea indefensa y proporcionó información a los israelíes.
El infame secretario de Estado de y asesor de Seguridad Nacional del Presidente Richard Nixon, Henry Kissinger, reconoció la precaria posición de "Tel Aviv" y permitió a los aviones israelíes El Al recoger algunos suministros de una base naval estadounidense con sede en Virginia, incluidas municiones, productos de alta tecnología y misiles AIM-9 Sidewinder.
Nixon, sin embargo, dio la orden de lanzar la Operación Nickel Grass para intentar reemplazar todo el equipo israelí perdido. En 1991, el autor Seymour Hersh refirió "pruebas anecdóticas" sobre la advertencia de Henry Kissinger a Anwar Sadat de que el puente aéreo estadounidense era necesario porque "Israel" estaba a punto de volverse nuclear.
Bajo Nickel Grass fueron transportados por aire los suministros. Las tropas árabes dañaron de manera significativa los aviones de la Fuerza Aérea israelí en las primeras etapas del conflicto. Sorprendieron con su agresivo despliegue de SA-6 Gainful SAM, un nuevo sistema antiaéreo soviético.
Como resultado, bajo Nickel Grass, al menos 100 aviones F-4 Phantom II de la 4.ª Ala de Caza Táctico, la 33.ª Ala de Caza Táctico y la 57.ª Ala de Armas de Caza fueron enviados aeropuertos israelíes, donde los pilotos locales fueron reemplazados por estadounidenses.
Los aviones fueron reabastecidos de combustible y enviados al frente una vez eliminada la insignia de la USAF. Con frecuencia despegaron apenas unas horas después de llegar.
Las secuelas
En declaraciones al presidente israelí Isaac Herzog el 26 de octubre de 2022, su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró sus viejas palabras: “Si no existiera un 'Israel', tendríamos que inventarlo”.
Como resultado de los suministros y equipos militares de Estados Unidos en la guerra de 1973, la entidad de ocupación logró sobrevivir e impidió una victoria estratégica como dijo el secretario general de Hizbullah de Líbano, Sayyed Hassan Nasrallah.
Una victoria contra "Israel" no significa sólo la liberación de Palestina y la restauración de las tierras ocupadas por los árabes, significaría un cambio en todo el sistema global dominado por Estados Unidos y Occidente en general.
Después de la guerra, a pesar de que las líneas de contacto permanecieron casi donde estaban en el lado sirio, por primera vez el árabe recuperó la confianza en sí mismo al ver la posibilidad de derrotar a los colonialistas supremacistas en el campo de batalla.
Los israelíes, por otra parte, sintieron la fragilidad de su ocupación de Palestina, pues una derrota militar pondría fin a su entidad usurpadora. Esta percepción atormenta a los sionistas hasta el día de hoy tras no ser el Superman invencible que pensaron.