Fracaso de los espías de "Israel", según Foreign Policy
Dos estructuras sionistas de varios niveles destinadas a frenar a la resistencia palestina, y no pudieron evitar la sorpresa del 7 de octubre. Aharon Halev, continuó sus vacaciones en Eilat.
El sitio web Foreign Policy publicó un análisis sobre la dinámica interna dentro del sistema de seguridad de "Israel" que condujo al fracaso de su inteligencia ante la operación palestina Diluvio de Al Aqsa.
Su artículo sintetiza cómo funcionan los dos principales servicios de inteligencia sionistas, encargados de proporcionar alertas estratégicas y frustrar actos "terroristas" específicos desde Gaza: el Servicio General de Seguridad (Shin Bet), responsable de la inteligencia humana, apoyada por medios tecnológicos, y la Dirección de Inteligencia Militar (Aman), la cual utiliza medios técnicos básicos para recopilar información.
Según sus valoraciones, el sistema de alerta de "Israel" contra ataques terroristas a pequeña o gran escala desde Gaza se basa en tres capas defensivas principales.
En primer lugar, formada en principio por fuentes de inteligencia humana del Shin Bet, tiene como objetivo advertir sobre los planes de los dirigentes de Hamas y acciones importantes como un ataque.
La segunda está basada en las capacidades de recolección SIGINT de Aman (Unidades 8200 y 81) y fotografías de inteligencia (Unidad 9900), implica recolectar evidencia sobre los preparativos reales de Hamas para el ataque.
En tanto, la tercera capa era la gran barrera terrestre a lo largo de la frontera con Gaza, con obstáculos físicos, sensores electrónicos y otros medios visuales destinados a proporcionar una última línea de defensa contra cualquier intento de invadir "Israel".
Según describió, las tres capas colapsaron la mañana del 7 de octubre, pues no proporcionaron ninguna advertencia estratégica sobre la naturaleza y escala del ataque inminente.
Las raíces de este error las asocian a dos fracasos fundamentales. El primero es conceptual, como fue el caso en 1973 de una evaluación compartida falsa, pero consistente y sólida del servicio de inteligencia y Aman, según la cual la superioridad militar y de inteligencia israelí disuadiría a Hamas de iniciar cualquier acción militar importante; y si lanzaba un ataque de este tipo, ambos darían una advertencia oportuna.
En este sentido, el artículo valoró que la relativa moderación mostrada por Hamas en los últimos años reforzó este concepto en la psiquis colectiva de los líderes políticos, militares y de inteligencia de "Israel".
Hubo una oportunidad de disuadir o minimizar el ataque. Durante la noche del 6 de octubre, la inteligencia israelí detectó algunas señales de advertencia y el Shin Bet envió algunos agentes adicionales al sur, pero el director de Aman, el mayor general Aharon Halev, continuó sus vacaciones en Eilat y no se realizaron operaciones.
El segundo y más sorprendente fracaso es la falta de recopilación de información, reveló el medio. Parece que el Shin Bet fracasó en su misión básica y no proporcionó ninguna advertencia significativa sobre la intención de Hamas de lanzar un ataque importante.
El excelente historial del Shin Bet, así como el hecho de que el número de agentes de Hamas familiarizados con la operación encubierta era bastante grande, agravaron el fracaso.
A pesar de las bien conocidas dificultades para reclutar fuentes humanas en los grupos islámicos, la falta de información previa de los activos de inteligencia en Gaza resultó devastadora, a juicio de estos analistas.
Para Foreign Policy, hay otras explicaciones relacionadas con características específicas del Shin Bet, como su cultura organizacional, pues varios agentes retirados otorgaron al intento a gran escala de Hamas de ocupar asentamientos israelíes cerca de la frontera una "clasificación baja" en el ranking de prioridades de la agencia. La otra razón es el deterioro de las capacidades de investigación del Shin Bet.
Sobre la contribución de Aman al fallo no encontraron mucho en su investigación periodística, pero mencionaron sufrió la conocida debilidad de no conectar los puntos, sobre todo debido a tener demasiados resolutores y una integración insuficiente. Está claro que los ejercicios de Hamas para recuperar los asentamientos fueron bien monitoreados por drones israelíes y otros medios de recolección.
Sin embargo, los analistas de Aman no reconocieron su verdadero significado y, en cambio, lo vieron como ejercicios de espectáculo. Según algunos informes, Hamas engañó a los métodos israelíes de recopilación de SIGINT al hablar en llamadas monitoreadas por la Unidad 8200 (y posiblemente la Unidad 81 y el Shin Bet) acerca de evitar una nueva guerra, lo cual reveló un nivel de sofisticación mucho mayor de lo imaginado con anterioridad.
La última línea de defensa, la barrera de 40 millas a lo largo de la frontera, proporcionó a los israelíes una falsa sensación de confianza. Cuando el ejército israelí dio a conocer este proyecto de mil 100 millones de dólares una vez finalizado en diciembre de 2021, dio la impresión de que ningún terrorista podría cruzarlo.
Su elemento principal fue la construcción de una enorme barrera antitúnel, con cemento suficiente para “construir una carretera de Gaza a Bulgaria”, en palabras del ejército israelí.
Además del cemento subterráneo, los planificadores del proyecto se esforzaron en proporcionar una protección electrónica eficaz para el sistema de recogida electrónica de la valla.
Pero no tuvieron en cuenta el escenario en el que Hamas utiliza explosivos para destruirlo y drones para lanzar explosivos sobre sofisticados puestos de observación que transmiten inteligencia visual a las pantallas de soldados entrenados quienes sirven en búnkeres subterráneos.
Los drones también destruyeron unas 100 torretas de ametralladoras operadas por control remoto.
El ejército israelí también utilizó tres grandes globos de observación como plataforma para que la segunda línea vigilara Gaza en sus sectores sur, central y norte. En las semanas previas al ataque, los tres globos fueron puestos fuera de servicio debido a su activación en condiciones climáticas inadecuadas, pero el ejército no los volvió a poner a funcionar.
El Gobierno y el pueblo de "Israel" están decididos a lograr nada menos que la erradicación completa del poder militar y civil de Hamas. También se reconoce, dentro y fuera del gobierno israelí, que el compromiso de aniquilar por completo a Hamas como organización no tiene precedentes y, como han señalado el ex primer ministro Ehud Barak y otros, es probable sea inalcanzable, enfatizó el artículo.
Nadie sabe si Hizbullah, y quizás Irán, permanecerán al margen durante una prolongada y devastadora ofensiva israelí. Por otro lado, tras el shock de no detectar el anterior ataque de Hamas, los servicios de inteligencia israelíes son ahora muy sensibles a cualquier señal de una amenaza similar, lo que provocó una serie de falsas alarmas en los últimos días.