“Israel” pasa de ser un activo estratégico a una carga para EE.UU.
Con la batalla Diluvio de Al Aqsa, el régimen sionista demostró que necesita ser salvado y no solo apoyado por su aliado de Occidente.
A juicio del periódico Yedioth Ahronoth, "Israel" aparece ante los ojos de Estados Unidos como si necesitara rescate, no sólo apoyo, sobre todo por la posibilidad del estallido de una guerra con Hizbullah e Irán, después de fracasar en la batalla Diluvio de Al-Aqsa, iniciada el 7 de octubre.
En esas circunstancias, añadieron otros medios, la entidad de ocupación perdería su legitimidad estratégica ante Washington y pasaría de ser un activo a convertirse en una carga.
Por esa razón, consideró el medio citado, “Israel tiene prohibido poner fin a esta guerra sin aclarar a Estados Unidos que sigue siendo un socio”.
Poco antes, el nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, ratificó el apoyo estadounidense a la ocupación durante una llamada con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Mientras, el régimen sionista continúa su agresión contra la Franja de Gaza, sitiada durante 22 días, e incluso la aisló del mundo al cortar las redes de comunicación e Internet.
Ante esa arbitrarierdad, la representante demócrata estadounidense en el bloque liberal, Cori Bush, afirmó: "Israel no quiere que el mundo vea lo que está haciendo”, en referencia a las masacres contra civiles, y su alto costo en vidas, sufrimiento sicológico y medios de subsistencia.
Desde el comienzo del Diluvio de Al-Aqsa, Bush pidió cortar la financiación a "Israel” y poner fin al apoyo del gobierno estadounidense a la ocupación militar y al apartheid israelíes.
Antes, el periódico americano The New York Times comentó la "erosión" de la unidad del Partido Demócrata americano, que continúa desde hace años detrás de Biden "debido a su firme apoyo a "Israel" en su escalada de guerra contra los palestinos".
El periódico refirió el sinnúmero de protestas, cartas abiertas, revueltas de empleados y huelgas de los demócratas liberales para exigir a Biden abandonar esa política, en vigor durante décadas, y pedir esta vez un alto al fuego.
Por su parte, el periódico The Washington Post citó a cinco funcionarios estadounidenses familiarizados con este debate, quienes afirman que la administración del presidente Joe Biden está instando a "Israel" a repensar sus planes de lanzar un importante ataque terrestre en la Franja de Gaza.
Según ellos, en la Casa Blanca están preocupados en extremo por las posibles ramificaciones de una ofensiva terrestre a gran escala, y son cada vez más escépticos sobre un posible logro del objetivo declarado de eliminar a Hamas.
Washington expresa su apoyo a la ocupación israelí en su actual agresión contra la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, bajo el pretexto de “autodefensa”, y en ese escenario, Biden no considera los crímenes israelíes como una violación de los derechos humanitarios o las leyes internacionales.
Este apoyo fue patentizado en las visitas de funcionarios estadounidenses a los territorios ocupados, encabezados por Biden, y la prestación de apoyo financiero y militar.
Además, respaldaron a la entidad ocupante con declaraciones coherentes con la narrativa sionista tergiversada al informar sobre los acontecimientos, lo cual llevó a Biden a dar fe de falsos niños israelíes masacrados, o a cuestionar las cifras de mártires palestinos emitidas por el Ministerio de Salud en Gaza, lo cual le acarreó una condena de su electorado y otras voces internacionales.