Confirman ataques israelíes contra periodistas al sur de Líbano
El análisis del bombardeo hecho por Amnistía Internacional revela pruebas escalofriantes de un ataque despiadado contra un grupo de periodistas cuando cubrían los eventos relacionados con las operaciones militares.
El ejército israelí bombardeó de manera deliberada equipos de periodistas en el sur de Líbano el pasado 13 de octubre, lo cual resultó en el martirio del fotoperiodista de Reuters, Issam Abdullah.
Según confirmó una investigación de la organización Amnistía Internacional (AI), el análisis reveló pruebas escalofriantes de un ataque despiadado contra los comunicadores cuando cubrían los eventos relacionados con las operaciones militares en el sur.
La subdirectora de la oficina regional de Medio Oriente y África del Norte de AI, Aya Majzoub, notificó la verificación de más de 100 videos e imágenes, examinó fragmentos de armas recuperadas del lugar del ataque cerca de la ciudad de Alma el Shaab en la frontera, y entrevistó a nueve personas.
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Conforme a los resultados, los profesionales de los medios estaban debidamente identificados con cascos y chalecos con la palabra "prensa" y una señal de "TV" en el vehículo.
El grupo de periodistas no abandonó la ubicación expuesta a la vista de las fuerzas de ocupación israelíes durante más de una hora antes del ataque porque ofrecía una vista clara hacia el suroeste en dirección a la posición militar sionista de Hanita.
A criterio de AI, el ejército israelí sabía que eran civiles, a pesar de lo cual los atacó en dos oportunidades.
El primer impacto provocó la muerte de Abdullah, ultimado por un proyectil de artillería de 120 milímetros disparado desde un tanque israelí en las colinas entre Nawaquir y Jardieh en territorio palestino ocupado.
Solo 37 segundos después, el grupo sufrió un segundo ataque con un arma diferente, posiblemente un misil guiado pequeño, el cual provocó el incendio en el vehículo del equipo de Al Jazeera.
Los videos analizados por AI mostraron la presencia de un helicóptero Apache israelí en el aire, así como el sonido de un dron cuando sobrevoló a los periodistas durante más de 40 minutos antes del primer bombardeo.
Amnistía Internacional negó cualquier indicio de la presencia de combatientes u objetivos militares en el lugar del crimen.
En este contexto, Human Rights Watch llevó a cabo su propia investigación y coincidió en sus conclusiones con la pesquisa de AI.
Ambas organizaciones responsabilizaron a “Israel” por la muerte Issam Abdullah y calificaron el incidente como crimen de guerra.
En su indagación, instó a los principales aliados de “Israel”, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania, a suspender la ayuda militar y las ventas de armas a “Israel” dada la posibilidad de utilizarlas en violaciones graves.
Reuters y AFP llevaron a cabo averiguaciones separadas sobre los ataques y llegaron a las mismas conclusiones de los grupos de derechos humanos.
Después de estas cuatro exposiciones, la ocupación no puede eludir el asesinato de Abdullah y el bombardeo de otros periodistas.
Como parte de las averiguaciones y para llegar a un relato detallado del incidente, Reuters habló con más de 30 funcionarios gubernamentales y de seguridad, expertos militares e investigadores forenses, junto con abogados, paramédicos y testigos.
Por su parte, la Organización Holandesa para la Investigación Científica Aplicada, institución dedicada al análisis de municiones y armas para clientes como el Ministerio de Defensa, examinó el material para Reuters en sus laboratorios de La Haya.
Los resultados clave fueron que la pieza metálica grande era parte de la cola de un proyectil de tanque de calibre 120 milímitros, disparado por un cañón de tanque situado a pocos kilómetros de los periodistas a lo largo de la frontera libanesa.
Reuters presentó al “ejército” israelí sus conclusiones de que los proyectiles de los tanques fueron disparados desde el interior de los territorios ocupados palestinos e hizo preguntas detalladas adicionales, incluidos si las fuerzas sionistas eran conscientes de que estaban disparando contra periodistas.
Después de atacar a los equipos de periodistas en Alma al-Shaab, un dron israelí tuvo como objetivo a los dos colegas de Al Mayadeen, la reportera Farah Omar y el fotógrafo Rabih Maamari.