Diversos factores obligan a EE.UU. a cambiar de rumbo con “Israel”
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfrentó en las últimas semanas críticas a su política exterior hacia el Medio Oriente y el manejo de la guerra en Gaza, en especial, a su respaldo constante a “Israel”.
La creciente condena internacional, críticas internas y dudas sobre la alineación de Netanyahu con los intereses de Estados Unidos obligaron al presidente Joe Biden a reconsiderar su enfoque respecto a la guerra de “Israel” contra la Franja de Gaza, informó el diario Haaretz.
Según la publicación israelí, en las últimas semanas Biden enfrentó ataques contra su política en el Medio Oriente y el manejo de la guerra en Gaza, en especial el respaldo constante a la ocupación.
Desde la visita del Secretario de Defensa, Lloyd Austin, hasta el contundente artículo de Thomas Friedman en The New York Times y la abstención de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, los resultados indicaron un cambio gradual en el comportamiento político estadounidense.
LEA TAMBIÉN: Presidente de EE.UU. quiere proteger a los civiles sin parar la guerra
A juicio de Haaretz, varias investigaciones, una del New York Times sobre el uso de bombas de dos mil libras por parte de “Israel” en el sur de Gaza, y la otra The Washington Post que rechazó la afirmación israelí de que Hamas usó el hospital Al-Shifa como centro de comando, tuvieron un impacto en los disidentes dentro de la administración Biden.
El artículo de Friedman, conocido tanto por su apoyo a “Israel” como al presidente de Estados Unidos, sugirió a la Casa Blanca comunicar a “Israel” sobre la imposibilidad de “borrar a Hamas de la faz de la tierra”.
Haaretz también comentó las objeciones públicas a los enfoques diferentes en la política exterior estadounidense hacia Ucrania y Gaza.
Si bien uno de los principios fundamentales en esa línea de trabajo de Biden es construir y gestionar alianzas, el mandatario puso más peso, recursos e interés en ayudar a “Israel” en lugar de formar una coalición.
Además del aislamiento internacional de Estados Unidos, resultado del escepticismo de socios como Canadá, Francia, Australia y Japón sobre el desequilibrio de Washington y el apoyo incondicional al ente de ocupación, el escenario político interno experimenta una creciente oposición y frustración con la política hacia e Medio Oriente en dos frentes: dentro de la propia administración y dentro del Partido Demócrata.
Conforme al diario sionista, en las últimas dos semanas Biden alcanzó una “triple realización”: el posicionamiento global de Estados Unidos, las críticas internas y las preguntas sobre el aparente desprecio de Netanyahu por los intereses de la Casa Blanca y su falta general de dependencia.
Dado el compromiso genuino de Biden con “Israel” y el profundo trauma del 7 de octubre es imposible esperar un cambio de 180 grados en la política, pero las pruebas, declaraciones y señales de presión en los últimos diez días evidencian un cambio de rumbo.