Migración en América Latina, queda mucho por hacer
De acuerdo con las cifras públicas, entre 2022 y hasta octubre de 2023, más de 4 millones de migrantes transitaron irregularmente por los países de la región en la ruta hacia Estados Unidos.
En los últimos días México experimenta un escenario complejo debido al aumento sin precedentes en el número de migrantes en la intención de llegar a la frontera con Estados Unidos.
De acuerdo con reportes de prensa, una caravana de migrantes fue desintegrada que partió el pasado 24 de diciembre del estado mexicano de Chiapas con destino hacia la nación norteña.
Cientos de personas, que durante semanas vivieron en condiciones infrahumanas, se entregaron a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) luego de que prometieran atender sus casos.
Según uno de los organizadores de la caravana, el grupo sumaba unas mil 800 ciudadanos.
El INM dijo que deberán acudir a la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados para iniciar los trámites con el objetivo de actualizar su situación migratoria, mientras los menores de edad serán puestos a disposición del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia y de la Procuraduría de Protección a niñas, niños y adolescentes.
Sin dudas resulta un escenario angustiante para todos los involucrados, tanto familias como Gobiernos, y que deja al descubierto las marcadas diferencias entre el Norte y el Sur.
Entre 2022 y hasta octubre de 2023, más de cuatro millones de migrantes transitaron irregularmente por los países de la región en la ruta hacia Estados Unidos.
A criterio de especialistas, entre las razones para salir de sus países de origen, las personas aluden la búsqueda de mejores salarios, el alto nivel de desempleo y la inestabilidad política.
Sin embargo, hasta que los Gobiernos de la región no aborden causas raigales del tema como el injusto orden económico internacional que amplía las asimetrías entre las naciones desarrolladas y subdesarrolladas, será imposible atender el fenómeno en toda su amplitud.
Uno de los primeros episodios de éxodo masivo ocurrió en América Latina en 2018 cuando miles de centroamericanos recorrieron miles de kilómetros a pie desde San Pedro Sula en Honduras hasta Estados Unidos.
Desde entonces, no son pocas las noticias dolorosas que aparecen en los medios de comunicación sobre hombres, mujeres y niños que no llegaron a su destino; y por el contrario terminaron secuestrados, torturados, estafados o muertos.
La migración seguirá existiendo, toca a los Gobiernos realizar acciones coordinadas, y no criminalizar a los que buscan mejores opciones de vida como pretende hacer la Ley SB4 del estado de Texas.
Esta iniciativita, que entrará en vigor en marzo próximo, permitiría a la policía detener a los migrantes que entren ilegalmente en Estados Unidos y a los jueces locales ordenar que abandonen el país.
Aunque, este miércoles se conoció que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, presentó una demanda contra Texas por considerar "inconstitucional" esa normativa.
Para que la migración en América Latina resulte en un proceso menos doloroso y desarraigado resulta urgente seguir estimulando diálogos regionales que sean interdisciplinarios y con visiones integrales, amplias y justas respecto al fenómeno.