Estados Unidos, siempre con la política equivocada en Medio Oriente
Estados Unidos siempre mantuvo un rumbo de política equivocada en el Medio Oriente, aun antes de la imposición del engendro de “Israel” en territorio del pueblo de Palestina.
Estados Unidos siempre mantuvo un rumbo de política equivocada en el Medio Oriente, aun antes de la imposición del engendro de “Israel” en territorio del pueblo de Palestina.
Un artículo publicado en Antiwar por la activista y escritora Medea Benjamin, cofundadora de CodePink, y el periodista e investigador Nicolas Davies, “EE.UU. elige genocidio por diplomacia en Medio Oriente” aborda de forma descarnada esa política de Washington.
El 7 de febrero de 2024, un ataque de aviones no tripulados del Pentágono asesinó a un líder de la Resistencia iraquí, Abu Baqir al-Saadi, en el corazón de Bagdad.
Fue una nueva escalada de Estados Unidos en un nuevo frente importante en la guerra junto a “Israel” en el Medio Oriente, centrada en el genocidio en Gaza, pero que ya incluye también la limpieza étnica en Cisjordania, los ataques contra Líbano y Siria, y el bombardeo del Pentágono y el Reino Unido sobre Yemen, indicaron los articulistas.
Este último ataque estadounidense, señalaron los expertos, siguió al bombardeo de siete objetivos el 2 de febrero, tres en Irak y cuatro en Siria, con 125 bombas y misiles, matando al menos a 39 personas, lo que Irán llamó un “error estratégico” que traería consecuencias desastrosas para Oriente Medio.
La valoración destacó las visitas del secretario de Estado Antony Blinken a los pocos estados de la región donde aún es recibido y donde no pocos valoran “el papel tradicional de los Washington como un intermediario deshonesto entre “Israel” y sus vecinos, en realidad asociarse con la entidad para ofrecer a los palestinos términos imposibles, virtualmente suicidas para un alto el fuego en Gaza”, señalaron Benjamin y Davies.
Lo que “Tel Aviv” y Washington proponen, pero no hecho público, parece ser un segundo alto el fuego temporal, durante el cual se intercambiarían prisioneros o rehenes, lo que posiblemente llevaría a la liberación de todos los prisioneros israelíes retenidos en Gaza, algo que de ninguna manera conduciría al final del genocidio, indicaron los autores.
Si los palestinos liberaran a todos sus rehenes israelíes como parte de un intercambio de prisioneros, eliminarían el único obstáculo a una escalada catastrófica del genocidio, advirtieron los analistas.
Cuando Hamas respondió con una seria contrapropuesta para un alto al fuego total y la retirada israelí de Gaza, Joe Biden y Benjamín Netanyahu lo rechazaron, pues eso suponía afectar sus planes.
La posición de Estados Unidos e “Israel” hoy es que poner fin a una masacre que ya mató a más de 27 mil 700 personas no es una opción seria, incluso después de que la Corte Internacional de Justicia la haya dictaminado como un caso plausible de genocidio en virtud de la Convención sobre el Genocidio.
A criterio de los especialistas, el apoyo de la Casa Blanca a las políticas genocidas de “Israel” va ahora mucho más allá de Palestina, expandiendo la guerra a Irak, Siria y Yemen para castigar a otros países y fuerzas de la región por intervenir para defender o apoyar a los palestinos.
Tras los elaborados y descaradamente desviadas agresiones estadounidenses, las fuerzas de la Resistencia en Irak comenzaron a lanzar nuevos ataques contra bases estadounidenses, incluido una acción con drones que mató a seis soldados en el mayor enclave norteamericano en Siria.
El artículo en cuestión señaló que desde periodistas y analistas experimentados hasta gobiernos de Medio Oriente, advirtieron a Washington los peligros de su escalada de campañas de bombardeos.
Mientras la guerra se intensifica en Gaza, periodistas como Orla Guerin señalaron que “un movimiento en falso” podría prender a la región y escalar los enfrentamientos a un nivel imprevisible y catastrófico para los agresores y los pueblos de la región.
Asimismo, el artículo indicó que el pueblo estadounidense debería estar preguntando a su gobierno ¿por qué todavía hay dos mil 500 soldados estadounidenses en Irak?
Hace 21 años Washington invadió Irak y sumió a la nación en una violencia, caos y corrupción, 12 años desde que Bagdad obligó a las fuerzas de ocupación estadounidenses a retirarse a finales de 2011.
Sieste años desde la derrota de ISIS, que sirvió de justificación para que la Casa Blanca enviara fuerzas de vuelta en 2014, y luego para despedir la mayor parte de Mosul, la segunda ciudad más grande, en 2017.
Pese a las negociaciones que mantienen Bagdad y Washington, es una constante el pedido de que las tropas yanquis abandonen Irak.
El primer ministro iraquí al-Sudani y la mayoría de los iraquíes esperan lograr la retirada inmediata de las fuerzas estadounidenses, mientras los funcionarios estadounidenses insisten en que sus tropas pueden permanecer por otros dos o cinco años, algo que pudiera aumentar los peligros, tanto para los soldados y la paz en la región.
Detrás de estas declaraciones contradictorias, el valor real de las bases iraquíes para el ejército estadounidense no parece ser en absoluto sobre ISIS, sino sobre Irán.
Aunque el Pentágono tiene más de 40 mil soldados estacionados en 14 países de todo el Medio Oriente, y otros 20 mil en buques de guerra en los mares que los rodean, las bases que utiliza en Irak son sus centros y aeródromos más cercanos a Teherán y a gran parte de Irán.
Si las pierde tendría que usar el Campamento Arifjan y otras cinco bases en Kuwait, donde 13 mil 500 soldados estadounidenses serían vulnerables a los contraataques iraníes, a menos que, Estados Unidos también las retire, indicaron el análisis.
Los autores aseveraron en su valoración que después del fin de la Guerra Fría, en lugar de restaurar objetivos y prioridades realistas, los neoconservadores que ganaron el control de la política exterior estadounidense se engañaron creyendo que el poder militar y económico de su país finalmente podría triunfar sobre la frustrantemente diversa evolución social y política de cientos de países y culturas de todo el mundo.
Además de causar destrucción masiva inútil en país tras país, esto convirtió a Estados Unidos en el enemigo global de los principios de la democracia y la autodeterminación en los que la mayoría de los estadounidenses creen, subrayaron Benjamin y Davies.
Puntualizaron que mientras “trabajamos para poner fin al apoyo del gobierno de Estados Unidos a la opresión israelí del pueblo palestino, los estadounidenses también deberían estar trabajando para la retirada” de sus fuerzas de ocupación de Irak, Siria y en otros lugares del Medio Oriente.