¿Quién se beneficia de la guerra en Europa?
La economía de Estados Unidos sale fortalecida con los conflictos en otras regiones, analiza el diario norteamericano The Wall Street Journal.
Quienes proponen apoyar a Ucrania suelen citar intereses estratégicos u obligaciones morales de Estados Unidos, pero detrás hay un argumento más matizado: el beneficio económico.
Según un análisis publicado en el diario estadounidense Wall Street Journal , la industria de defensa norteña vivió un auge de pedidos de armas y municiones en los últimos dos años.
Tales negocios involucran a aliados europeos con interés de desarrollar sus capacidades militares, y del Pentágono, en proceso de reponer con nuevos equipos las existencias agotadas por los envíos a Ucrania, detalló el medio.
Por ejemplo, la producción industrial en el sector aeroespacial y de defensa aumentó en EE.UU. un 17,5 por ciento desde que Rusia inició su operación en Ucrania, según datos de la Reserva Federal.
Funcionarios de la administración del presidente Joe Biden informaron que de los 60 mil 700 millones de dólares asignados a Kiev en un proyecto de ley de defensa suplementario de 95 mil millones, el 64 por ciento en realidad irá a parar a la base industrial de defensa en territorio norteño.
O sea, la pelea es en Europa, pero los beneficios económicos son para Washington, sin participar (de forma directa) en la lucha.
Así, los fondos "destinados" a Ucrania, podrían inyectar valores de alrededor del 0,5 por ciento del PIB de un año de esa gran potencia a la industria militar local en el transcurso de varios años, ponderó la publicación.
También citó al Departamento de Estado para reforzar la idea del auge en los negocios bélicos: más de 80 mil millones de dólares en producción de armas en 2023 (hasta septiembre), de los cuales alrededor de 50 mil millones fueron para aliados europeos, y eso quintuplica su norma histórica.
Este fortalecimiento de la industria de defensa estadounidense es sólo una de las formas en que la fragmentación de la economía global, por razones geopolíticas, estrecha las relaciones con Europa, casi siempre a favor de la Casa Blanca.
Otro ejemplo citado por el diario es el recorte del suministro de gas ruso, con el consiguiente aumento en los precios de la energía y la inflación en Europa, y de la demanda de gas natural licuado proveniente de Estados Unidos, quien se convirtió el año pasado en el mayor exportador mundial de ese recurso.
De acuerdo con las expectativas del mercado, esas exportaciones deben duplicarse para el año 2030, y cerca de dos tercios en volumen será para Europa, a mayor precio que el conveniado con Rusia por lustros.