¿Tiene “Israel” buenas opciones respecto a Irán?
De acuerdo con un artículo publicado en Financial Times, sus opciones menos malas son volver al status quo ante o llevar a cabo un ataque limitado contra objetivos militares.
Irán lanzó el sábado una andanada de aviones no tripulados, misiles de crucero y balísticos contra “Israel” en represalia por el ataque sionista contra su consulado en Damasco, capital de Siria, donde murieron varios altos oficiales de la Guardia Revolucionaria.
Según el consejero senior de Centerview Partners, presidente emérito del Consejo de Relaciones Exteriores y exdiplomático estadounidense, Richard Haass, aunque el ataque supuestamente fracasó, cruzó una línea.
Fue el primer ataque contra “Israel” procedente del propio Irán y llevado a cabo por sus militares, precisó.
De acuerdo con Haass, la incursión pretendió disuadir de futuros ataques israelíes y enviar el mensaje a la entidad sionista de que ya no puede atacar de manera impune a altos mandos militares iraníes.
El experto consideró el ataque iraní un balón de oxígeno político para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al darle la oportunidad de unir al país contra Teherán.
Por otro lado, pese a las desavenencias entre “Israel” y sus socios occidentales, estos salieron en su defensa el sábado.
Además, hay informes no confirmados de que algunos Estados del golfo proporcionaron a “Israel” información crítica sobre el complot iraní.
¿Qué hará “Israel” y, de hecho, todo Medio Oriente a partir de ahora?, preguntó Haass.
A juicio del consejero, Irán no desea ir a la guerra y Estados Unidos quiere la calma y sabe que Teherán tiene la capacidad de cerrar el estrecho de Ormuz a la navegación, provocar una subida del precio del petróleo y agravar las presiones inflacionistas.
En su criterio, el gobierno de Joe Biden aconsejó a los israelíes a "aceptar la victoria" tras el éxito de su defensa antiaérea. Pero la cuestión ahora es si “Tel Aviv” está dispuesto a seguir el consejo y dejar las cosas como están.
Para Haass, en términos generales, las opciones de “Israel” son las siguientes: no hacer nada; volver al statu quo ante de librar una guerra indirecta contra Irán; llevar a cabo un ataque limitado contra objetivos militares dentro de Irán asociados con el ataque; o llevar a cabo una gran represalia, incluso contra instalaciones nucleares iraníes conocidas.
El analista precisó que “Israel” todavía tiene un margen de elección considerable en cuanto a lo que hace y cuándo, algo que no habría tenido si el ataque hubiera matado a un número significativo de israelíes o destruido objetivos militares valiosos.
No hacer nada o incluso volver a la guerra indirecta anterior tiene ventajas. Permite a “Israel” centrarse en Gaza y en la devolución de sus rehenes, evita una guerra más amplia junto con sus costes económicos, militares y humanos, aplaca a los estadounidenses y evita acciones tendentes a normalizar los ataques contra la entidad.
Por esta razón, contenerse no satisface el interés de aquellos israelíes dentro y fuera del gobierno cuya prioridad es restaurar la disuasión. Esto refuerza el argumento a favor de ataques limitados contra objetivos militares en Irán.
Al respecto, Haass consideró que una respuesta de este tipo por parte de “Israel” podría degradar la capacidad de Irán para producir aviones no tripulados y misiles y señalar que atacar de manera directa a “Israel” es una propuesta peligrosa y costosa.
Sin embargo, indicó, tales ataques corren el riesgo de invitar a nuevos ataques iraníes contra “Israel” e incitar a Teherán a acelerar su programa nuclear en la creencia de que disponer de armas nucleares disuadiría a los israelíes de futuros ataques contra territorio iraní.
A su vez, atacar instalaciones nucleares conocidas en Irán sería considerado una escalada importante y volvería a poner a “Israel” a la defensiva y llevaría a Irán a redoblar sus esfuerzos para desarrollar su programa nuclear y llevarlo a varios países de la región.
Las opciones menos malas, y más probables, para “Israel” son reanudar la guerra indirecta contra Irán o llevar a cabo un ataque limitado contra objetivos militares dentro del país.
No obstante, la última opción contribuye más a restablecer la disuasión, pero al mismo tiempo aumenta los riesgos de nuevos ataques iraníes y un ciclo de escalada.
Independiente del próximo movimiento de “Israel”, no hay forma de resolver el desafío estratégico planteado por Irán.
En el mejor de los casos, la amenaza puede ser gestionada. La cuestión para el gobierno de “Israel” es cuál es la mejor manera de hacerlo, concluyó.