"Israel" perdió oportunidad de normalizar nexos con Arabia Saudita
Riad se distanció de cualquier acuerdo con “Tel Aviv” después que el régimen ocupante lanzó su brutal guerra contra la Franja de Gaza, afirman expertos sionistas.
Analistas del Instituto de Investigaciones de Seguridad Nacional israelí, Udi Dekel y Yuval Guzansky, abordaron sobre el tema de la normalización de relaciones entre “Israel” y Arabia Saudita, estancado desde el inicio de la epopeya de Diluvio de Al-Aqsa y la brutal agresión del régimen a Gaza.
Los especialistas señalaron que "Tel Aviv", después de seis meses de combates, llegó a un punto de inflexión en la toma de decisiones estratégicas y sus aliados le exigen poner fin a la guerra en la Franja de Gaza.
Al mismo tiempo, reclaman iniciar la reconstrucción de esa zona devastada, garantizar su estabilidad y avanzar hacia una solución política al conflicto israelí-palestino, para no perder una oportunidad única de beneficiarse de las relaciones con Riad y Washington.
Según los expertos, "Israel" pretende formalizar nexos con el Reino y que participe en el escenario palestino, especialmente en la gestión y rehabilitación de la Franja de Gaza después de la guerra.
A pesar de la guerra el goberno de Benjamín Netanyahu no detuvo los contactos políticos dirigidos a lograr el objetivo con Arabia Saudita y la administración estadounidense trabajó para lanzar el proceso que Hamas saboteó con la operación Diluvio de Al-Aqsa el pasado 7 de octubre.
La razón de esto es que las motivaciones de EE. UU. y los sauditas no cambiaron después de este período, pues ambos países buscan establecer un nuevo sistema regional bajo el liderazgo de Washington, frente a Irán.
La actual administración de la Casa Blanca formuló una "doctrina" para el Medio Oriente, que incluye varios caminos: contener la actividad iraní en la región, impulsar el establecimiento de un estado palestino desarmado en Cisjordania y Gaza, establecer una alianza de seguridad ampliada con Arabia Saudita, que incluye la normalización, y promover el desarrollo económico y la prosperidad en la región.
El gran obstáculo para ello es el Diluvio de Al-Aqsa, epopeya que confirmó para la familia gobernante saudita que la cuestión palestina no es secundaria y no puede ser contenida o ignorada.
Ahora se esfuerza por distanciarse de "Israel" y muestra una solidaridad creciente con los palestinos, aumentando así el "precio" que solicita al gobierno ocupante para hablar de cualquier acuerdo.
Como parte de esas nuevas condiciones ahora insiste más que antes en firmar con Estados Unidos convenios de defensa contra Irán, y en obtener de ellos ayuda y aprobación para establecer una infraestructura nuclear civil, sin objeciones israelíes.
Riad también quiere que "Israel" se comprometa a promover la solución de dos estados, y a establecer una autoridad palestina "renovada".
En cuanto a "Tel Aviv", los investigadores esperan que el Reino esté de acuerdo en formar, o al menos participar en una fuerza de trabajo árabe para gestionar y rehabilitar Gaza.
Además pretenden que contribuya a la creación de un nuevo liderazgo palestino moderado capaz de asumir la responsabilidad de administrar Gaza con el apoyo saudita.
Diluvio de Al-Aqsa aumentó el costo de la normalización
Los analistas Dekel y Guzansky advirtieron que el criterio de "costo y beneficio" para la normalización de los regímenes árabes con "Israel" cambió desde el 7 de octubre.
Desde el punto de vista de esos gobiernos, el ente israelí no solo no derrotó a Hamas como pretendió, sino que las escenas de destrucción y muerte en Gaza amenazan con disturbios entre las masas en los países árabes interesados en normalizar con "Israel".
Por lo tanto, Arabia Saudita y otros "moderados" prefieren no involucrarse en promover una solución en Gaza que ponga fin a la guerra, ya que eso requeriría tener un papel en una fuerza de trabajo árabe para administrar esa ciudad devastada y reconstruirla.
La obstinación de "Israel" y su rechazo a establecer una perspectiva política para el conflicto israelí-palestino o permitir una integración gradual y condicional de la Autoridad Palestina en la gestión de Gaza, alejarán aún más el acuerdo israelí-saudita pero mejorarán gradualmente las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita.
Como resultado, "Israel" perderá dos oportunidades estratégicas, una es formar un grupo de potencias regionales liderado por Washington que incluya a los sauditas contra Irán y el eje de la Resistencia, y la otra es participar de la normalización y la integración con los países regionales, la cual sería una respuesta adecuada a Hamas e Irán.