Los planes de María Corina Machado y Vanessa Neumann contra Venezuela
Los vínculos entre las familias Neumann y Machado, junto con factores políticos y económicos nacionales y extranjeros, muestran una compleja red de relaciones de larga data para permitir que el gran capital explote las riquezas de Venezuela.
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María Corina Machado y Vanessa Neumann
Cuando se dice que en Venezuela la disputa por la presidencia la protagonizan dos modelos: uno bolivariano y otro netamente entreguista, se habla con base.
La misma oposición en sus distintas bandadas y en distintas oportunidades de captar el interés de la población, se encarga de alardear de su capacidad de ceder poder territorial y soberanía venezolana a cambio de parcelas y apoyo político desde lobbies empresariales o diplomáticos en Estados Unidos o la Unión Europea (UE).
A menos de 30 días de la elección presidencial se revelaron no solo los nexos sino el pernicioso alcance de la relación entre el rostro de la extrema derecha: María Corina Machado y Vanessa Neumann, una operadora diplomática y política venezolana que sirvió de representante del seudointerinato de Juan Guaidó ante el Reino Unido. Uno del que desesperadamente Machado intenta desmarcarse.
Neumann se hizo conocida ante la población en 2020 por estar dispuesta a ceder el territorio Esequibo (en disputa histórica con Guyana) a cambio de apoyo al interinato. Esto fue revelado tras la filtración de una conversación con un miembro del Buró Político que sostenía el liderazgo de Guaidó y su sistemático plan de saqueo de recursos venezolanos en el extranjero.
A Neumann y Machado las unen varios factores que harían parte indudable de un gobierno de extrema derecha en Venezuela: primero, los padres de ambas, Henrique Machado Zuluaga y Hans Neuman, compartían intereses económicos y empresariales y estos eran la prioridad en medio de sus incursiones en la vida política del país, así como son los principales intereses de las hijas de ambos al ocupar cargos públicos.
Tanto el portal de noticias medium.com como el portal de investigación venezolano misiónverdad.com desarrollan amplias fichas que permiten comprender la línea de acción de Neumann para favorecer los intereses diplomáticos y extractivistas de empresas del Reino Unido a mediano y largo plazo, entre estos los del Foreign Commonwealth Office de Gran Bretaña, si concretaran el cambio de régimen a través del proyecto Guaidó o cualquiera que logre movilizar masas.
Afortunadamente, Guaidó sólo fue negativamente exitoso en garantizar el bloqueo de activos venezolanos en el extranjero y en el robo a Caracas de la empresa CITGO, más no en la balcanización del territorio nacional (proyectada en la frustrada Operación Gedeón de 2020) ni en el masivo desconocimiento de Nicolás Maduro como presidente constitucional.
Por ello hoy, Guaidó opera contra el país desde Miami, aunque no reciba apoyo del pueblo venezolano opositor ni de la dirigencia representada por María Corina Machado que, a pesar de compartir con él una visión entreguista, lo desprecia.
Estrategia fallida ante las Fuerzas Armadas
Un segundo vector común entre Neumann y Machado es la reiterativa tendencia a humillar y desprestigiar a los efectivos de los distintos componentes de las Fuerzas Armadas del país por no plegarse a las iniciativas golpistas e incluso planes de magnicidio reiterativamente frustrados desde la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia en 2013.
Un cambio de la forma más violenta y radical que sea posible
En tercer lugar, Machado y Neumann sostienen nexos con agencias de espionaje, inteligencia, paramilitarismo y formación de mercenarios en Estados Unidos y Colombia dispuestas a apoyar expresiones abiertas de violencia contra el gobierno que, finalmente, desembocarían en un estado de máxima vulneración del pueblo venezolano.
Por cuenta de Neumann, ella es fundadora de la empresa Asimétrica que, bajo la mampara de ser una empresa calificadora de riesgo político, opera como un verdugo de la imagen de Venezuela ante el mundo.
Machado, aún está reciente el escándalo acerca del soborno de 3.2 millones de dólares que recibió a través de la fundación Disenso y desde la empresa Howard Stirk Holdings (HSH) en Estados Unidos, para desprestigiar a Venezuela y en caso de hacerse con el poder, entregar la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) a la trasnacional estadounidense Chevrón.
En este apartado de entreguismo por la vía que sea, incluso la de la violencia extrema, también está reciente la polémica en torno a la carta que Machado envió al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu solicitándole actuar militarmente en Venezuela como una medida para forzar el cambio de régimen.
Los mencionados intereses, actuaciones y alianzas permiten comprender la reiterada necesidad de Neumann y Machado de asomar en sus discursos cuestionamientos y acusaciones sin pruebas, contra el gobierno venezolano por presuntamente vincularse con la resistencia libanesa Hizbollah.
Saqueo y asfixia
En cuarto lugar, tanto Machado como Neumann aprovechan la visibilidad que se han graneado en la arena internacional para utilizar los recursos de Venezuela como moneda de cambio o bien, exigir que se implementen medidas para estrangular la economía del país.
Con este propósito, Neumann en 2020 encabezó las negociaciones que culminaron con la decisión del Tribunal Superior británico de conceder ilegalmente acceso a Juan Guaidó a las 31 toneladas de oro retenidas por el Banco de Inglaterra, y Machado atesora como uno de sus mayores “éxitos” políticos concretar, mediante el trabajo mancomunado con la Red liberal de América Latina (Relial), la aplicación de sanciones contra Venezuela por parte de la UE desde 2017.
Sed de venganza
Un quinto factor en común en el perfil político de estas féminas, es formar parte de la casta de apellidos oligárquicos en Venezuela.
Familias y emporios que durante más de 40 años concentraron el poder a expensas de las mayorías antes de la llegada de la Revolución Bolivariana, es por esto que su principal apuesta discursiva y programática es el revanchismo político, la incitación al odio, la venganza y a la no posibilidad de coexistencia entre lo que ellos denominan una “sociedad civil decente y pensante” y una “masa sumisa y sin personalidad” como ellos catalogan a quienes sostenga ideas revolucionarias y progresistas en Venezuela.