Cuba reprochó a la comunidad internacional por el holocausto en Gaza
Es hora de superar los diagnósticos y pasar a las acciones, aseveró el presidente Miguel Díaz-Canel en referencia a la situación nacional en la isla, durante la clausura de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, calificó este viernes de afrenta a la dignidad humana la incapacidad de la llamada comunidad internacional y sus instituciones globales de poner freno al holocausto cometido por “Israel” en la Franja de Gaza, mientras millones de personas se movilizan en todas las latitudes para denunciarlo y reclamar su fin.
Los genocidas sionistas cuentan con el respaldo y la complicidad de Estados Unidos y otros gobiernos poderosos, aseguró el mandatario ante el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) de la isla caribeña.
En su criterio, resulta paradójico e indignante ver cómo se suceden uno tras otro importantes eventos internacionales y reuniones de alto nivel en varias partes del mundo, mientras el régimen israelí comete sus crímenes de manera impune a la vista de todos.
#Video | (La comunidad internacional) resulta incapaz de poner freno a la masacre solo porque los genocidas cuentan con el respaldo y la complicidad del gobierno de Estados unidos y de otros gobiernos poderosos aliados del sionismo, así denunció @DiazCanelB, presidente de Cuba,… pic.twitter.com/XIfbPdULJy
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) July 20, 2024
Durante la clausura del tercer periodo de la décima legislatura, el también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista, fuerza política rectora de la nación, reflexionó sobre todos los temas trascendentales para el pueblo abordados por los diputados en los debates precedentes durante la semana.
A juicio de Díaz-Canel, corresponde a Cuba avanzar en la ruta emancipatoria por esfuerzo propio emprendida hace 65 años, y “cambiar lo que deba ser cambiado”, como propuso el líder histórico, Fidel Castro, en su concepto de Revolución.
El jefe de Estado resaltó las largas jornadas de trabajo de las comisiones permanentes de trabajo para llegar a consensos en función del interés colectivo, como se refleja en la aprobación unánime de casi todos los acuerdos emanados de la Asamblea Nacional.
Al respecto, indicó que ese organismo es “síntesis del país que somos”, donde no dirige una persona o un grupo pequeño, porque su “dictadura” es la de los trabajadores y el pueblo, algo incomprensible para los enemigos de la Revolución cubana, adaptados a las “mascaradas de democracia” en países vitrinas del Imperio.
De manera especial, resumió las seis leyes aprobadas en esta ocasión, de gran valor para la sociedad, dedicadas a desarrollar preceptos abordados por la Constitución de 2019.
Tres de estos contenidos aparecen por primera vez en el ordenamiento jurídico de la nación, resaltó el presidente cubano, en referencia a las leyes de Ciudadanía, del Procedimiento Administrativo y de Transparencia y Acceso a la Información Pública, cuya redacción tuvo en cuenta las amplias discusiones y aportes de la población y sus representantes.
Como ejemplo de los temas más polémicos mencionó el reconocimiento a la multiciudadanía y la ciudadanía efectiva; el estatus migratorio y la Ley de Extranjería, no actualizada desde 1976.
De esta manera el estado amplía las relaciones con todos los cubanos comprometidos con su patria, aún desde el exterior, y se ratifica Cuba como un sitio seguro y de respeto para todos los extranjeros residentes, enfatizó el presidente.
En cuanto a la Ley de Procedimiento Administrativo, la consideró una herramienta para contrarrestar las manifestaciones burocráticas, tan irritantes para los ciudadanos.
También reiteró la necesidad de actuar con mayor coherencia con los principios fundamentales del Estado socialista de derecho, defendidos en la aprobada legislación de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Los nuevos instrumentos jurídicos cumplen con los requisitos de preservar los intereses de la defensa y la seguridad nacionales, y la integridad de las personas, recalcó ante el auditorio.
Según Díaz-Canel, con este paso de la décima legislatura honran también el cronograma legislativo aprobado a raíz de la nueva Constitución, cinco años atrás.
La vitalidad de la Revolución queda demostrada con los ataques de sus enemigos
El presidente cubano reflexionó sobre los criterios de algunos acerca del fin del proceso revolucionario y socialista en la mayor de las Antillas, o que es este el periodo más dificil desde el triunfo de enero de 1959, cuando el país enfrenta poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional, como previó Fidel Castro.
No obstante, aseveró, la vitalidad de la Revolución queda demostrada con los constantes ataques de sus enemigos, mientras el gobierno intenta aliviar el impacto de las dificultades en la cotidianidad de todos sus ciudadanos.
Desde su perspectiva, revolucionar el trabajo en equipo es el camino para salir de las duras condiciones que agobian al pueblo: “no es posible otra fórmula”, insistió.
Sobre los ataques terroristas, el desabastecimiento, el sabotaje a su economía y las presiones de Estados Unidos para aislarla, advirtió que no son nuevas experiencias para la nación cubana, crecida bajo una avalancha de mentiras exaltadas por la feroz propaganda anticomunista de la etapa llamada de la Guerra Fría.
“El momento es muy difícil, pero la historia que le antecede es tan aleccionadora, tan inspiradora, tan heroica, que ella sola responde a todas las interrogantes con la siempre desafiante frase con que el General de Ejército nos enseñó a enfrentar la dificultad: "Sí se puede", precisó el mandatario.
Díaz-Canel llamó a preservar la unidad como el arma principal para resistir y vencer, pero no vista como “coincidencias acríticas” sobre temas acuciantes, sino desde la participación optimista y el compromiso para salvar la patria, y el socialismo como garantía de preservación de la justicia social.
“Todos los que están decididos a contribuir con esa misión, cuentan como indispensables para la Revolución”, aseguró Díaz-Canel.
Al mismo tiempo, convocó a una sabia y útil confrontación de ideas para “superar errores, vencer dificultades y avanzar”, sin dejarse ganar por la desmovilización y el desaliento.
Cuba vive, trabaja, resiste y crea bajo las bombas silenciosas de una guerra cuyo objetivo principal es la actividad económica, y su propósito es rendir por hambre y necesidades al pueblo, a tenor de una política trazada hace más de seis décadas, puntualizó.
Desde la visión del estado y el gobierno, hoy manejan una economía de guerra, y es su responsabilidad afrontar tal contingencia del modo más creativo, para paliar la dureza de su impacto en la calidad de vida del pueblo.
El país está obligado a operar con limitado o nulo acceso a las instituciones financieras internacionales en un mundo cada vez más interdependiente e interconectado, y para acceder al mercado de alimentos más cercano (Estados Unidos), es obligatorio tener licencias específicas y pagar al contado, sin posibilidad de créditos o adelantos.
Además enfrenta un “riesgoso y laberíntico” mecanismo de importación de combustible bajo presión y persecución a navieras, petroleras y Gobiernos dispuestos a venderlo, denunció el líder cubano, y detalló otras medidas del bloqueo norteamericano para asfixiarlos.
“No existe otro Gobierno sometido a una guerra de tal naturaleza, tan prolongada y apuntalada por leyes de otro país que gravitan sobre toda la economía, como la Torricelli y la Helm-Burton, elaboradas con el declarado propósito de cambiar el régimen político de Cuba. Gestionar la economía bajo condiciones en las que no opera ninguna otra nación del mundo, ¿cómo se llama entonces?”, reflexionó.
De dolorosa, calificó la situación ante las trabas para garantizar la canasta básica y los medicamentos, la inestabilidad del sistema electroenergético nacional y el descontrol de los precios a costa del limitado poder adquisitivo de una parte considerable de la población.
Ante las manifestaciones de indisciplina, violencia social, adicciones y vandalismo que atentan contra la tranquilidad ciudadana, se impone implementar de inmediato acciones concretas, apoyadas por una adecuada estrategia de comunicación política e institucional.
En ese contexto, llamó a superar la etapa de diagnósticos y pasar a las acciones; cumplir lo aprobado y tomar medidas más allá del discurso, además de ejercer el control con la retroalimentación popular necesaria.
Reconoció los errores cometidos en la premura de facilitar las nuevas formas de gestión económicas en el país (las llamadas mipymes), y la intención de corregir esas distorsiones y hacer prevalecer la ley para cortar el descontrol, las evasiones tributarias, la especulación y el fraude.
“Esta es una batalla contra la ilegalidad y no contra las formas de propiedad y gestión”, enfatizó Díaz-Canel, en respuesta a los rumores de una supuesta “cacería de brujas”.
De acuerdo con lo analizado en la Asamblea cubana, una de las vías más seguras y rápidas de propiciar el bienestar del pueblo es optimizar los procesos económicos, productivos y sociales, apostar a la eficiencia, innovar, romper inercias y moverse en el sentido del desarrollo.
En el cierre de esta sesión parlamentaria, el presidente cubano analizó aspectos de seguridad interna y los pasos asumidos para enfrentar, de conjunto con el pueblo, actos delictivos y vandálicos estimulados por Washington y sectores extremistas de la contrarrevolución en su ofensiva mediática para desestabilizar al país.
A propósito, mencionó en ese escenario el valor de la educación familiar e institucional, y demandó de los dirigentes y funcionarios mayor transparencia e integridad, para hacer valer el principio de Tolerancia cero ante quienes pretenden medrar con las dificultades económicas para enriquecerse sin aportar, los indolentes, los pillos y los vagos.
Díaz-Canel elogió el coraje del pueblo para enfrentar al imperio más poderoso de la historia, y convocó a actuar del mismo modo ante las nuevas dificultades, a resistir con inteligencia y creatividad, sin conformismos.
“Lo cubano es rehacernos cada día en el arte de lo posible y probar que, como nos enseñó Fidel, vale la pena vivir y batallar”, sentenció el mandatario.
En este punto, apeló al amor propio, el sentido de la dignidad y la entrega para avanzar en el camino de una prosperidad digna e inclusiva, donde ningún ciudadano quede desprotegido.