Parlamento de Libia exige fin del mandato ejecutivo en Trípoli
La exigencia de la Cámara de Representantes de unificar el poder y la participación de todos busca asegurar la unidad del país, detener el conflicto, poner fin a la crisis y alcanzar una distribución justa de la riqueza en todas las regiones y el disfrute de los mismos derechos.
La Cámara de Representantes de Libia votó por unanimidad en sesión oficial este martes poner fin al mandato de la autoridad ejecutiva en Trípoli, señaló el portavoz de la asamblea Abdullah Belhaq.
Según el vocero, los legisladores consideran legítima la autoridad de Osama Hammad hasta tanto sea electo un gobierno unificado.
El poder ejecutivo en Libia está representado por el Gobierno de Unidad Nacional, encabezado por Abdul Hamid Al-Dabaiba, y el Consejo Presidencial, dirigido por Mohammad Al-Manfi.
A su vez, el Consejo decidió nombrar al presidente del porder legislativo, Aguila Saleh, como comandante en jefe del ejército libio, de conformidad con lo establecido en la Declaración Constitucional y las decisiones pertinentes del parlamento.
Con anterioridad, al menos 50 representantes mostraron un memorando para poner fin al mandato del gobierno de Abdul Hamid Al-Dabaiba y considerar legítimo el designado por el congreso.
Saleh pidió trabajar en la formación de una autoridad unificada capaz de desmantelar la centralización, poner fin a su monopolización y dividir el país en gobernaciones, cada una de las cuales tiene derecho a gestionar los asuntos internos y asignarle presupuestos de acuerdo con su población y sus fuentes de riqueza.
La exigencia de unificar el poder y la participación de todos busca asegurar la unidad del país, detener el conflicto, poner fin a la crisis y alcanzar una distribución justa de la riqueza en todas las regiones y el disfrute de los mismos derechos.
Según Saleh, la Cámara de Representantes formó el Gobierno de Unidad Nacional y una de sus tareas más importantes fue preparar las condiciones para organizar elecciones y llevar a cabo las tareas asignadas, pero recogió la peor cosecha y no logró organizar los comicios a tiempo a pesar de contar con el apoyo popular e internacional.