Movimientos palestinos conmemoran aniversario de la quema de Al-Aqsa
El 21 de agosto de 1969, un judío irrumpió en la Mezquita de Al-Aqsa y prendió fuego deliberadamente en su ala oriental y destruyó parte de su infraestructura.
El movimiento de resistencia palestino Hamas confirmó este miércoles que la batalla Diluvio de Al-Aqsa unió al pueblo y fortaleció la brújula hacia la liberación de la tierra y los lugares sagrados.
Mediante una declaración con motivo del 55 aniversario de la quema de la Mezquita de Al-Aqsa, Hamas consideró que la efeméride transcurre en medio del silencio, la inacción internacional y el apoyo estadounidense y occidental a los crímenes, masacres y violaciones de la ocupación.
Quemar Al-Aqsa y el resto de los crímenes de la ocupación solo aumentan la firmeza y la adhesión del pueblo palestino y su valiente resistencia a la tierra y las santidades, aseguró.
En ese sentido, reiteró que todos los intentos y planes sionistas para judaizar Al-Aqsa, cambiar sus características, borrar su identidad o dividirla temporal y espacialmente no tendrán éxito.
Asimismo, enfatizó que no hay soberanía ni legitimidad para la ocupación ni en una pulgada de la bendita Mezquita de Al-Aqsa.
Hizo énfasis además en la necesidad de apoyar y proteger esa entidad sagrada y exhortó a los líderes y gobiernos regionales asumir su responsabilidad histórica para defenderla.
En su declaración, Hamas llamó a la nación y a todos los pueblos libres del mundo a movilizarse en todas las plazas el próximo viernes en apoyo a Gaza, Jerusalén y a la Mezquita de Al-Aqsa.
Defender Al-Aqsa es deber de toda persona libre y honorable
A propósito de la fecha, el movimiento Yihad Islámica confirmó que Jerusalén está expuesta a peligros reales y los proyectos de desplazamiento forzado y los intentos de judaizar Al-Aqsa no cesan.
No obstante, puntualizó, que el pueblo palestino no se someterá a los planes israelíes y Jerusalén será siempre el símbolo de la Resistencia.
"Defender el sitio sagrado es deber de toda persona libre y honorable", remarcó la organización.
El 21 de agosto de 1969 un judío irrumpió en la Mezquita de Al-Aqsa y prendió fuego deliberadamente en su ala oriental destruyendo las fachadas, el techo, las alfombras, las valiosas decoraciones y todo su contenido, incluido el Corán y los muebles.
La edificación sufrió graves daños y costó tiempo y sacrificio restaurarlo y decorarlo originalmente.