Rusia califica de acto terrorista agresión electrónica contra Líbano
Moscú pidió una investigación exhaustiva sobre la explosión de dispositivos de comunicación inalámbricos Pager en Líbano, orquestada y ejecutada por "Israel", y hacer rendir cuentas a sus responsables.
El gobierno de Rusia condenó este jueves la agresión sin precedentes contra el Líbano y sus ciudadanos, y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zakharova.
Durante una conferencia de prensa al margen del Cuarto Foro de Mujeres Euroasiáticas, Zakharova comentó las inrtensiones malsanas de los organizadores de esa agresión, cuyo fin era incitar a una gran confrontación armada y desembocar en una gran guerra.
Rusia pidió una investigación exhaustiva sobre el acto terrorista de explotar miles de dispositivos inalámbricos al unísono para crear confusión, y la detención de todos los involucrados para rendir cuentas.
De igual modo, sugirió a todas las partes involucradas actuar con moderación a la luz de la situación desatada en Líbano y las acusaciones a "Israel" como responsable de alterar y detonar los dispositivos inalámbricos.
A juicio de la diplomática rusa, existen todas las pruebas para calificar ese acto de terrorismo internacional, y si Occidente no insiste en investigarlo, esto demostrará su conocimiento y participación directa.
Zakharova insistió en que una acción de ese nivel no es resultado de un acto individual, llevado a cabo por un terrorista suicida o alguien en estado de locura. Todos los indicios apuntan a un planificado acto terrorista internacional, enfatizó.
También el portavoz oficial del Kremlin, Dmitry Peskov, subrayó la necesidad de realizar una investigación exhaustiva sobre las explosiones en Líbano y determinar las causas, las circunstancias y quién está detrás de ellas.
Los días 17 y 18 de septiembre, la ocupación israelí llevó a cabo una agresión electrónica en varias regiones libanesas, que provocó el martirio de 37 personas, entre ellas dos niños y varios trabajadores del sector de salud, además de dejar heridas a más de tres mil ciudadanos.