El portavoz de la Defensa Civil en Gaza, Mahmoud Basal, denunció que la aviación israelí ataca a los ciudadanos desplazados en el norte de la Franja de Gaza con artillería pesada y las víctimas sobrepasan las 600 personas.

Lo que sucede en el norte de Gaza es genocidio, limpieza étnica y erradicación de todos los componentes de la vida, subrayó en declaraciones a Al Mayadeen.

Según especificó, los equipos de socorro no pueden llegar hasta los cientos de personas atrapadas bajo los escombros en Jabalia.

Basal demandó una acción real por parte de las organizaciones internacionales, pues las fuerzas enemigas intensifican su política de matar, llevar a cabo operaciones de genocidio y atacan comunidades enteras para obligar a los residentes a desplazarse del norte de la Franja de Gaza.

Agregó que los trabajadores humanitarios también sufren de asedio, hambre y exterminio.

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Hasta el momento, “Israel” asesinó a 85 integrantes de esos grupos de socorro y más de 290 están heridos, muchos en condiciones críticas, además trabajan sin comer y bajo el duro bombardeo.

Asimismo, advirtió sobre la falta de combustible, la destrucción del 80 por ciento de las capacidades de los organismos de socorro y alertó sobre la posibilidad de tener que suspender sus servicios, lo cual traería consecuencias aún más devastadoras para los ciudadanos.

En este contexto, la Oficina de Prensa del gobierno en la Franja de Gaza anunció este martes que el “ejército” israelí impidió la entrada de más de un cuarto de millón de camiones con ayuda y bienes desde el inicio de la guerra genocida contra el pueblo palestino.

De esta manera buscan reforzar la política de hambre y utilizarla como arma de guerra contra los civiles y los niños en particular, pues niegan la llegada de alimentos, fórmulas infantiles y suplementos nutricionales.

Estas barbaries constituyen un peldaño más en los crímenes de lesa humanidad y perpetúa la política de hambruna, sobre todo en la gobernación del norte, específicamente en el campamento de Jabalia y sus alrededores.

La institución expresó su profunda conmoción por el silencio de la comunidad internacional, los países europeos y del mundo ante este brutal crimen que comete la entidad sionista contra los más de dos millones 400 mil habitantes de la Franja de Gaza.

A su vez, la continuación de este desastre presagia una profunda crisis humanitaria en la que morirán  otros miles de personas del pueblo palestino.