Eterna vida a Sayyed Hassan Nasrallah
Recordar al Maestro no es honrar a un hombre, sino un movimiento, una forma de vida y un guardián de la historia.
La luna alta anuncia los 40 días del martirio de Sayyed Hassan Nasrallah. Los brazos de los jóvenes de la resistencia casi parecen bajarla.
Desde el 27 de septiembre, si alguno de ellos se sintió un poco huérfano, respiró ausencia o tuvo el pecho estrujado; el líder de millones y padre de muchos se hizo viento, despeinó los cedros de Beirut, emergió de las ideas y les dejó hablar con su voz redentora, salió de las fotos y los abrazó, los iluminó.
#Video | “No somos derrotados. Cuando ganamos, ganamos, y cuando caemos mártires, ganamos.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) November 6, 2024
No debemos ser derrotados por la pérdida de un gran líder de los nuestros, sino que debemos llevar su sangre, debemos llevar su bandera, y debemos llevar sus objetivos. Avancemos con… pic.twitter.com/Hc1Yc8HYY1
Hoy su fuerza es la de miles de personas. El tercer Secretario General de la Resistencia de Líbano (Hizbullah) murió bajo las bombas de “Israel”, pero no se fue.
Recordar a Sayyed no es honrar a un hombre, sino un movimiento, una forma de vida y un guardián de la historia.
A sus 22 años, cuando aún estudiaba teología, admiró las ideas del Imam Khomeini y soñó con liberar a Líbano de la ocupación de “Tel Aviv”.
Su idea se volvió proyecto al sumarse a Hizbullah, y luego en movilizaciones en Baalbek, estrategias de combates, victorias, discursos bajo ataques enemigos.
Liberador e inderrotable para algunos, su grupo de combatientes sigue siendo esperanza para el lugar levantino de donde los relatos cuentan milenios.
Uno de estos días, otra vez la gente caminará por su país como el Maestro lo quiso, y él regalará un abrazo a los niños, aparecerá en los proyectos, invitará para seguir la batalla. Sayyed Hassan Nasrallah vive en todos.