Después de 15 meses de guerra, la presencia de combatientes y funcionarios del movimiento de resistencia palestino Hamas en la Franja Gaza y el despliegue de policías locales para restaurar el orden constituyen un golpe para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y sugieren estar preparados para gestionar el territorio.

Según el periódico Financial Times, la aparición de las Brigadas Al-Qassam, brazo armado de Hamas, tras la implementación del cese al fuego refleja su fuerza y organización en la zona.

Desde el domingo pasado, los miembros de la resistencia entregaron tres prisioneras israelíes al Comité Internacional de la Cruz Roja, mientras patrullaban las calles con sus distintivos pasamontañas negros y cintas verdes pese a la promesa de Netanyahu de destruir a Hamas tras el ataque del 7 de octubre de 2023.

El inicio del alto al fuego permitió al gobierno en Gaza implementar medidas de seguridad e iniciar labores de reparación en las municipalidades.

A su vez, en “Israel” surgieron cuestionamientos sobre la efectividad de la intensa campaña militar contra Hamas, el cual cuenta con el respaldo popular en Gaza.

Para algunos analistas israelíes, las recientes apariciones de Hamas eran solo una estrategia de relaciones públicas, pero otros señalaron la falta de planificación estratégica por parte del gobierno de Netanyahu.

Conforme a The Wall Street Journal, con su despliegue la organización demostró ser la fuerza dominante en Gaza e “Israel” no logró destruirla ni reemplazarla.

Ese mensaje destacó la necesidad de que las organizaciones de ayuda y gobiernos colaboren con Hamas en los próximos esfuerzos de reconstrucción, un escenario el cual “Israel” intentó evitar.

Por su parte, el exnegociador israelí Gershon Baskin subrayó la inviabilidad de los objetivos de “Tel Aviv” en la guerra desde un inicio.

Asimismo, el exjefe del Mossad, Tamir Pardo, reconoció la capacidad de Hamas para operar y controlar Gaza a pesar de los golpes recibidos.