EE. UU. comparte por error detalles de las agresiones contra Yemen
La administración de Donald Trump incluyó, en un fallo de seguridad, a un periodista de la revista The Atlantic en un grupo privado de mensajería en el que altos funcionarios debatían sobre los ataques contra Yemen.
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Asesor de seguridad nacional, secretario de Defensa y vicepresidente de Estados Unidos. Foto: Archivo.
El director de la revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg, recibió por error los planes detallados del ataque de Estados Unidos contra Yemen del pasado 15 de marzo desde un chat grupal de la aplicación de mensajería Signal.
La actual administración al frente de la Casa Blanca incluyó, en un inusual fallo de seguridad, al editor jefe quien recibió información confidencial sobre las operaciones militares previo a su inicio.
Goldberg reveló que supo de las agresiones dos horas antes debido a que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, le envió un mensaje con detalles precisos sobre las armas, los objetivos y el cronograma de los ataques.
Altos funcionarios de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump discutieron detalles de los ataques aéreos contra Yemen el pasado 15 de marzo, en un chat grupal privado, que accidentalmente incluyó a un periodista.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) March 26, 2025
La agresión aérea tenía por objetivo disuadir a la… pic.twitter.com/hUE80moF3c
El editor explicó en un extenso artículo que todo comenzó cuando aceptó una solicitud de contacto de Signal del asesor de Seguridad Nacional de Trump, Michael Waltz, pensando que quería discutir temas como Ucrania o Irán.
Sin embargo, dos días después, recibió una notificación de que había sido agregado a una comunidad de chat nombrada "Pequeño grupo de los hutíes".
El grupo incluía a 18 personas, entre ellas al vicepresidente JD Vance, altos funcionarios de Seguridad Nacional, el enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, y la jefa de personal de la Casa Blanca, Suzie Wiles.
Goldberg señaló que los funcionarios discutieron los objetivos de las agresiones contra Yemen.
La mañana del 15 de marzo, Hegseth publicó una actualización para el equipo con detalles operativos de las próximas operaciones, incluidos los objetivos, los tipo de armas y la secuencia de los ataques.
Solo el vicepresidente Vance respondió al mensaje con un "rezaré por la victoria", mientras otros miembros agregaron emojis de oración.
Dos horas después del mensaje detallado de Hegseth, las explosiones resonaron en la capital yemenita.
Waltz proporcionó entonces otra actualización en el grupo, describiendo la operación como un "acto asombroso".
Tras darse cuenta de la situación, Goldberg concluyó que el grupo de Signal era real y decidió abandonarlo, lo que desencadenó una notificación automática a su administrador Waltz.
Curiosamente, nadie en el chat notó su presencia, y no recibió preguntas posteriores sobre su abandono, ni siquiera sobre su identidad.
Posteriormente, el periodista contactó vía correo electrónico y Signal a Waltz, Hegseth, John Ratcliffe, Tulsi Gabbard y otros funcionarios.
En su mensaje, preguntó: "¿Es real el grupo 'Pequeño grupo de los hutíes' en Signal? ¿Sabían que estaba incluido? ¿Fui agregado intencionalmente? Si no, ¿quién pensaron que era?"
Continuó: "¿Alguien notó mi identidad al agregarme o eliminarme? ¿Usan regularmente altos funcionarios de la administración Trump Signal para discusiones sensibles? ¿Consideran que el uso de esta plataforma podría poner en peligro al personal estadounidense?"
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes, confirmó dos horas después la autenticidad del grupo de Signal.
"Parece ser una cadena de mensajes real, y estamos investigando cómo se agregó un número no intencionado", escribió.
Goldberg concluyó su revelación afirmando: "Nunca había visto un fallo de seguridad como este. Aunque no es raro que los funcionarios de seguridad nacional usen Signal, normalmente lo hacen para coordinar reuniones u otros asuntos logísticos, no para discutir operaciones militares inminentes y altamente confidenciales. Y, por supuesto, nunca escuché de un caso en el que un periodista fuera invitado accidentalmente a semejante discusión".