Francia pide siete años de cárcel para el expresidente Sarkozy
El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, fue juzgado desde enero pasado por los delitos de encubrimiento de malversación de fondos públicos, corrupción pasiva, financiamiento ilegal de campaña electoral y conspiración criminal para delinquir.
-
El expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el difunto líder de Libia, Muammar Gadafi.
La fiscalía de Francia solicitó siete años de prisión y una multa de 300 mil euros para el expresidente Nicolas Sarkozy, acusado de recibir millones de euros del difunto líder de Libia, Muamar Gadafi, para financiar su campaña electoral de 2007.
Según informó el sitio web Radio Francia Internacional, Sarkozy fue juzgado desde enero pasado por los delitos de encubrimiento de malversación de fondos públicos, corrupción pasiva, financiamiento ilegal de campaña electoral y conspiración criminal para delinquir.
Durante la última jornada del juicio, el jueves, el fiscal financiero Sébastien de la Touanne señaló pena de cárcel para otros 12 acusados relacionados con la causa.
Al referirse a Gadafi, De la Touanne señaló el pacto de corrupción establecido por Sarkozy con uno de los dictadores más repugnantes de los últimos 30 años.
La fiscalía también solicitó prohibir a Sarkozy presentarse a cargos públicos durante cinco años y restringirle ciertos privilegios.
A su vez, los abogados de la defensa del exmandatario describieron las peticiones fiscales como desproporcionadas e infundadas.
Por su parte, Sarkozy negó de manera rotunda todas las imputaciones.
En una publicación posterior en redes sociales, calificó la solicitud del ministerio público de indignante y aseguró la falsedad de las inculpaciones.
Un tribunal francés dicto en 2024 una sentencia contra Sarkozy, quien fue puesto bajo vigilancia con un brazalete electrónico durante un año tras el rechazo a un recurso de casación en el caso de escuchas telefónicas, medida inédita para un expresidente en Francia.
Durante la investigación sobre la supuesta financiación libia de su campaña, los jueces descubrieron el empleo por Sarkozy de una línea telefónica secreta bajo el nombre ficticio Paul Bismuth para comunicarse con su abogado Thierry Herzog.