EE. UU. prioriza venta de armas por encima de los derechos humanos
Un informe del Instituto Quincy revela que Washington ignoró violaciones israelíes en Gaza mientras aumentaba su apoyo militar. Biden y Trump mantuvieron ventas de armas sin condiciones.
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Misiles y proyectiles de Estados Unidos en manos de "Israel".
El compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos se debilita frente a su interés por mantener la supremacía militar, indicó el Instituto Quincy.
Un informe de esa entidad reveló que las ventas de armas a aliados como "Israel" priman sobre consideraciones éticas, incluso ante violaciones del derecho internacional.
Según el documento, el Pentágono proporcionó 17 mil 900 millones en ayuda militar a "Israel" en 2024, sin imponer restricciones a pesar de las graves violaciones en Gaza.
El Congreso no actuó para frenar estas transacciones, y consolidó una política de apoyo incondicional.
Derechos humanos como herramienta geopolítica
De acuerdo con el estudio, Estados Unidos utiliza los derechos humanos de forma selectiva, y denunció abusos en países rivales como China y Rusia mientras ignoró los de sus aliados.
La Cumbre por la Democracia de Joe Biden, que incluyó a regímenes autoritarios, ejemplificó esta contradicción.
Tras los ataques del 7 de octubre de 2023, la administración Biden evitó condicionar las ventas de armas a "Israel", a pesar de las acusaciones de crímenes de guerra.
Posteriormente, el gobierno de Donald Trump amplificó este apoyo, y priorizó alianzas estratégicas sobre el derecho internacional.
El informe destacó que EE. UU. vendió armas al 57 por ciento de los regímenes autoritarios del mundo, incluyendo a actores involucrados en violaciones sistemáticas.
Washington aprovechó la guerra en Ucrania para aumentar exportaciones bajo el argumento de "defender derechos humanos", mientras omitía el escrutinio a "Israel".
Presión interna y riesgos geopolíticos
Funcionarios del Departamento de Estado expresaron preocupación por el impacto de estas políticas, advirtiendo sobre el deterioro de la imagen de EE. UU. y el riesgo de escalada en Medio Oriente.
Aunque algunos intentaron bloquear envíos de armas, sus esfuerzos fueron ignorados.
El Instituto Quincy concluyó que la industria militar estadounidense dicta la política exterior, relegando los derechos humanos a un plano secundario.
"Israel", señalado como caso emblemático, recibió un respaldo sin precedentes pese a las evidencias de atrocidades en Gaza.