Aumentan exigencias internas en “Israel” para detener guerra en Gaza
Más de 200 exempleados del Mossad y mil 600 excombatientes de las fuerzas de paracaidistas e infantería del “ejército” firmaron una carta de apoyo a pilotos de la Fuerza Aérea en su llamado a cesar la guerra y regresar a los prisioneros israelíes.
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En la cúpula militar israelí aumentan las disputas internas por la permanencia de la guerra en Gaza y la liberación de los prisioneros en manos de Hamas.
Más de 200 exagentes del Mossad se sumaron a las crecientes voces dentro de "Israel" que exigen el cese de la guerra en Gaza y la liberación de los prisioneros.
Su declaración respalda un llamado previo de pilotos de la Fuerza Aérea israelí, en un movimiento que gana fuerza entre exmilitares y reservistas.
Reservistas de inteligencia y unidades de combate se unen al reclamo
La oposición al conflicto se amplió con la adhesión de reservistas de la Unidad 8200, especializada en inteligencia militar, y más de mil 600 excombatientes de paracaidistas e infantería.
En una carta difundida por el diario Yedioth Ahronoth, los exsoldados declararon: "No dejamos heridos en el campo de batalla; llamamos a recuperar a los cautivos, incluso si eso implica detener la guerra".
La protesta ha trascendido el ámbito militar. Más de 170 exalumnos del programa Talpiot (élite de inteligencia) y un centenar de médicos militares en reserva firmaron cartas exigiendo priorizar la liberación de rehenes. Académicos y altos mandos retirados también criticaron la estrategia del gobierno.
Crisis política y protestas en "Israel"
Las declaraciones ocurren en medio de un creciente malestar social en "Israel", con manifestaciones casi diarias contra las políticas de Netanyahu.
Sectores críticos acusan al primer ministro, Benjamín Netanyahu, de prolongar el conflicto por intereses políticos, mientras la comunidad internacional observa con preocupación el costo humanitario en Gaza.
El movimiento refleja una división sin precedentes en la sociedad israelí, donde figuras clave de seguridad e inteligencia cuestionan abiertamente la estrategia bélica.
Analistas señalan que esta presión interna podría acelerar negociaciones, aunque el gobierno insiste en continuar las operaciones hasta "destruir a Hamas".