EE. UU. y su argumento de "America First" para intervenir en África
Políticas de Trump amenazan programas clave como USAID y PEPFAR, con impactos devastadores en el desarrollo, la autonomía africana y la seguridad regional.
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África no tiene cómo enfrentar los recortes a las agencias humanitarias impuestos por Donald Trump.
El lema “America First” de la administración Trump marca un giro radical en las relaciones entre Estados Unidos y África, con recortes masivos a USAID y al Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR), lo que afecta de forma crítica el desarrollo africano.
De acuerdo con un artículo de la revista estadounidense, Foreing Policy, frente a esta visión transaccional, urge una estrategia que priorice el fortalecimiento, la autonomía africana y una agenda continental propia.
Modelos de salud pública proyectan que los severos recortes de EE. UU. a USAID y PEPFAR provocarán más de 26 millones de infecciones adicionales por VIH, 15 millones de muertes evitables por SIDA y 14 millones de niños huérfanos para 2040.
Más del 60 por ciento de estas consecuencias se concentrarían en seis países africanos.
Estimaciones de la Universidad de Denver advierten que, si se eliminan los programas de ayuda exterior estadounidense, 19 millones de africanos caerían en la pobreza extrema antes de 2030.
La imposición de aranceles generalizados a economías africanas acentuaría aún más la precariedad económica del continente, alertó la publicación.
Amenazas al compromiso de EE. UU. con África
Más allá de los recortes económicos, diversas filtraciones revelan una retirada institucional aún más profunda. Un borrador de "prohibición de viaje" restringiría el acceso a ciudadanos de 43 países, 22 de ellos africanos.
El Departamento de Defensa propuso disolver el Comando de Estados Unidos en África (Africom) como estructura independiente dentro del Pentágono.
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Otro documento filtrado contemplaba cerrar embajadas estadounidenses en varias capitales africanas y eliminar la Oficina de Asuntos Africanos, encargada de gestionar las relaciones con 49 países del continente.
La política exterior de la era Trump hacia África parece guiada por el transaccionalismo: cada relación debe generar beneficios inmediatos y medibles que puedan traducirse en "victorias" políticas en el frente doméstico.
Frente a esta visión, África debe reafirmar su soberanía estratégica, fomentar la inversión interna, y construir alianzas bajo principios de comercio justo, desarrollo sostenible y prosperidad compartida, añadió Foreing Policy.