EE. UU. respalda plan de ayuda para imponer una nueva realidad en Gaza
Un plan de ayuda a Gaza respaldado por EE.UU., que involucra a contratistas privados y deja de lado a la ONU, genera críticas por su estructura opaca y su potencial de desplazamiento forzado.
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Gaza arrasada por la hambruna (Foto: Archivo)
Decenas de contratistas privados extranjeros llegaron a los territorios palestinos ocupados para participar en la implementación de un polémico plan de ayuda de Estados Unidos para la Franja de Gaza, según Financial Times.
La iniciativa llegada ocurre en medio de las advertencias de que este mecanismo podría obligar a las Naciones Unidas (ONU) a abandonar su papel en la gestión de uno de los peores desastres humanitarios del mundo.
Controversia sobre plan de ayuda en Gaza de EE. UU.
En el centro de este enfoque se encuentra la poco conocida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una entidad registrada en Suiza encargada de gestionar la distribución de ayuda a través de puntos centralizados en el sur de Gaza, bajo la supervisión de las fuerzas israelíes y seguridad privada.
Dicho plan estipula que las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias utilicen estos centros designados para distribuir la ayuda, obligando a cientos de miles de civiles a viajar largas distancias para obtener lo mínimo indispensable.
El periódico señaló que la iniciativa, propuesta en mayo pasado, enfrentó fuertes objeciones por parte de las organizaciones humanitarias al asegurar que no está preparada para satisfacer las necesidades de más de dos millones de habitantes de Gaza.
“Israel” se prepara para tomar el control de la distribución de ayuda humanitaria en Gaza mediante un controvertido nuevo plan que involucra a contratistas de seguridad privados estadounidenses, informó el domingo el Washington Post (WP).
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) May 5, 2025
Añadió que la medida se está… pic.twitter.com/lCOodtUxr2
Naciones Unidas, que históricamente lidera las operaciones de ayuda en el enclave, criticó duramente la propuesta. Un funcionario descartó la iniciativa por considerarla como "una tapadera para las políticas de desplazamiento".
Para aumentar la confusión, una persona que figuraba como miembro de la junta directiva de GHF en documentos internos afirmó no tener ningún rol en la organización. "Todo se volvió tóxico", declaró una fuente involucrada en la iniciativa.
GHF afirmó que pretende distribuir 300 millones de comidas en los primeros tres meses de operaciones a un costo de 1.30 dólares por cada ración de comida, e incluyendo los gastos de contratación de personal de seguridad. Sin embargo, persisten dudas sobre su financiación.
Afiliaciones falsas en Fundación Humanitaria de Gaza
Tres fuentes indicaron que ningún donante externo comprometió fondos hasta la semana pasada, lo que genera incertidumbre sobre la sostenibilidad del proyecto.
Una persona cercana a GHF insistió, no obstante, en que se consiguieron al menos 100 millones de dólares en promesas de contribución, sin identificar a los contribuyentes.
Asimismo, existen reportes sobre los intentos de reclutar a figuras conocidas como el exdirector del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, quien se reunió con el exprimer ministro de Reino Unido, Tony Blair, para discutir el plan.
La posible participación de Beasley se consideró un impulso a la credibilidad del proyecto, aunque no respondió a las solicitudes de comentarios. Si bien no forma parte formalmente de GHF, una fuente cercana afirmó que Beasley mantiene contacto informal con el grupo.
Corresponsal de Al Mayadeen en la Franja de Gaza reportó que la hambruna ha alcanzado su etapa más peligrosa en Gaza.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) May 19, 2025
La ayuda anunciada por la ocupación es de sólo 9 camiones y muchas familias han perdido a sus miembros debido al hambre.
Otra vez es usada la inanición como… pic.twitter.com/u0tQcJKrQZ
El exdirector ejecutivo de World Central Kitchen, Nate Mock, negó cualquier vínculo con la junta directiva de la organización, a pesar de que su nombre figuró en documentos obtenidos por la prensa.
"No formo parte de la junta directiva", declaró a Financial Times. Un representante de GHF explicó que la referencia apareció en un borrador interno que se filtró inadvertidamente.
También aumenta la preocupación por la opacidad organizativa de la fundación. GHF está afiliada a una entidad suiza registrada por un ciudadano armenio sin experiencia en labor humanitaria y, según los informes, incluye una filial con sede en Estados Unidos cuyos detalles permanecen ocultos.
La reciente cobertura periodística israelí mostró fotos de contratistas extranjeros uniformados llegando a Palestina ocupada y preparándose para asegurar los puntos de distribución de ayuda en una escena que refuerza el carácter militar del plan.
Dos empresas estadounidenses, Safe Reach Solutions y UG Solutions, fueron nombradas como socias. Ambas gestionaron previamente una operación de control de menor escala durante un breve alto al fuego a principios de este año. Ninguna de las dos empresas respondió a las preguntas.
Alivio militarizado: el hambre como carta de chantaje
Las agencias de ayuda humanitaria se negaron a participar hasta el momento en la iniciativa, criticando la centralización de los centros de distribución, principalmente cerca de la frontera con Egipto.
Aunque la organización afirmó que la distribución estaría bajo gestión civil "no militar", la ONU y otras organizaciones internacionales advirtieron que este mecanismo se condiciona a objetivos políticos.
Para muchos observadores humanitarios, la medida representa además un intento flagrante de socavar el papel de las organizaciones internacionales e imponer una nueva realidad en el enclave, gestionada completamente al margen del control de los palestinos y sus instituciones.
El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, quien previamente amenazó con dimitir si Hamas recibía una pizca de ayuda, ahora defiende la decisión de Israel de reanudar la asistencia humanitaria limitada a Gaza.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) May 19, 2025
Si bien insistió en que "los civiles de Gaza recibirán una… pic.twitter.com/KQYaEX5HXo
Tanto funcionarios estadounidenses como israelíes sostienen que este enfoque es necesario para evitar que la ayuda caiga en manos del movimiento palestino Hamas, una justificación clave para el asedio continuo.
Esto contrasta con el modelo propugnado por la comunidad humanitaria internacional, que prioriza puntos de distribución generalizados y localizados. A juicio del funcionario de ayuda humanitaria de la ONU, Tom Fletcher, el plan "hace del hambre una carta de chantaje".
La mayoría de los centros de distribución se encuentran en el sur de Gaza, lo que obliga a los residentes a desplazarse en medio de la destrucción y el bloqueo.
Mientras tanto, las autoridades de ocupación no respondieron hasta ahora a la solicitud de GHF de establecer centros en el norte o de facilitar la entrada de artículos no alimentarios.