EE. UU. avala entrada de combatientes extranjeros al ejército de Siria
El gobierno de Trump aceptó la inclusión de miles de antiguos opositores leales en el nuevo ejército sirio, en un giro estratégico sin precedentes.
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La aceptación de combatientes extranjeros en el ejército representa un cambio radical respecto a las políticas previas de exclusión y represión.
Estados Unidos dio luz verde a Siria para integrar a combatientes extranjeros de línea dura en las fuerzas armadas.
La noticia trascendió tras declaraciones a Reuters del enviado de Washington, Thomas Barrack, quien confirmó la decisión de su país de aceptar el plan propuesto por el nuevo liderazgo sirio para permitir la incorporación de miles de antiguos combatientes de la oposición al ejército nacional, siempre y cuando el proceso sea transparente y regulado por el Estado.
A juicio de Barrack, es mejor tenerlos dentro de un proyecto estatal, en vez de marginarlos.
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Muchos de estos efectivos son considerados leales a la nueva administración siria y podrían desempeñar un rol útil dentro de las estructuras formales de seguridad, añadió.
La 84 División incluirá combatientes extranjeros
De acuero con Reuters, la iniciativa contempla la formación de la 84 División del ejército, la cual integrará a militares sirios y a unos tres mil 500 foráneos, en su mayoría uigures provenientes de China y de países vecinos.
Tres altos funcionarios de defensa sirios citados por la agencia confirmaron el proyecto y destacaron la estrategia coordinada con Estados Unidos, el cual exigió hasta hace poco la exclusión de elementos extranjeros de las fuerzas de seguridad sirias.
No obstante, el giro en la postura de Washington comenzó a gestarse a inicios de mayo de 2025 y coincidió con cambios en la estructura de poder siria y un intento por canalizar a sectores armados enfrentados al Estado con anterioridad.
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Ciudadanía para combatientes y sus familias
El 30 de diciembre de 2024, los nuevos gobernantes de Siria comenzaron a reclutar combatientes extranjeros, entre ellos uigures, jordanos y turcos, dentro de las fuerzas armadas nacionales.
Aquel proyecto tenía como objetivo ofrecer ciudadanía siria a los combatientes y sus familias, así como la posibilidad de establecerse de manera permanente en el país.
La política de integración militar y social busca consolidar la autoridad del nuevo liderazgo, reducir los focos armados no controlados y reabsorber grupos hostiles mediante mecanismos institucionales.
El respaldo de Estados Unidos a la medida, aún en un contexto de tensión y sanciones, sugiere un posible ajuste estratégico ante la nueva realidad geopolítica en Siria y la región.
Algunos analistas advirtieron de los riesgos de institucionalizar a elementos radicales, pero otros lo ven como un paso hacia la estabilidad bajo el control del Estado.