La intervención militar ordenada por el presidente de Donald Trump, contra Irán obligó a China a revisar sus cálculos estratégicos respecto a Taiwán, ante la posibilidad de que Estados Unidos emplee la fuerza en Asia.

Según el diario Financial Times, el bombardeo contra instalaciones nucleares iraníes despertó preocupación en Pekín, donde asesores del presidente Xi Jinping comenzaron a reevaluar si la retórica de Trump sobre asuntos sensibles como la soberanía china sobre Taiwán debe tomarse más en serio.

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China teme giro intervencionista de Trump

En opinión de la experta en relaciones entre China y Medio Oriente en la Universidad de Exeter, Andrea Ghiselli, Pekín consideró el comportamiento más pragmático de Trump en su segundo mandato, incluso conciliador, y la posibilidad de estabilizar la relación bilateral, pero ocurrió lo contrario.

China duda ahora entre dos escenarios: uno en el cual Trump adopte una postura aislacionista y evite nuevos focos de conflicto, y otro donde está dispuesto a intervenir militarmente si Pekín intensifica la presión sobre Taiwán, comentó la analista.

De acuerdo con un alto funcionario estadounidense, el ataque a Irán desmintió la percepción china de que las amenazas de Trump no debían tomarse al pie de la letra.

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Taiwán y la región reajustan sus análisis

En Taiwán, el gobierno del presidente Lai Ching-te también comenzó a evaluar las implicaciones estratégicas de la acción estadounidense.

Para una fuente cercana al ejecutivo, la reciente ofensiva contra Irán rompió el estereotipo de que los aislacionistas dominan la política exterior en Washington”.

Algunos aliados de Trump en EE. UU. confrontaron a los sectores neoconservadores sobre el uso del poder militar, lo cual podría tener un efecto disuasorio sobre China en un eventual conflicto.

¿Desgaste estratégico o señal de firmeza?

Analistas de seguridad del Indo-Pacífico analizan si el traslado de activos militares de EE. UU. desde Asia hacia Medio Oriente afectará la capacidad estadounidense de contener a China, considerada su principal rival geopolítico.

En sentido contrario, un funcionario de seguridad nacional taiwanés consideró la atención de la rapidez del ataque a Irán y el alto el fuego reveladores de la determinación de Trump de resolver rápido el conflicto en Medio Oriente para no desviar la atención del Indo-Pacífico.

Cooperación energética entre Rusia y China

A juicio del Financial Times, la inquietud por la seguridad energética en Asia podría revivir negociaciones entre Moscú y Pekín sobre el largamente postergado proyecto del gasoducto “Fuerza de Siberia 2”, destinado a fortalecer los lazos energéticos y estratégicos entre Rusia y China.

La acción militar de Trump en Irán no solo reconfiguró el tablero en Medio Oriente, sino alteró las percepciones estratégicas en Asia.

Pekín observa con cautela el giro de Washington, mientras Taiwán aprovecha el momento para reforzar alianzas.