Las fuerzas israelíes intensificaron sus medidas arbitrarias contra los residentes del campamento de refugiados de Tulkarem, sometiendo a hostigamiento, detención y abusos a los palestinos que intentaban recoger sus pertenencias de las casas marcadas para ser demolidas.

Esta escalada forma parte de la continua agresión de la ocupación, desde hace 157 días consecutivos, contra la ciudad de Tulkarem y su campamento. 

Durante la jornada del martes, las tropas israelíes notificaron la demolición de 104 viviendas y edificios en el campamento de refugiados de Tulkarem con el pretexto de "fines militares". Los residentes recibieron un plazo de 72 horas, a partir del miércoles, para desalojar sus propiedades. 

Al mismo tiempo, sigue vigente un férreo asedio alrededor del campo de refugiados de Nur Shams, ahora en su 144 días consecutivos, con unidades de infantería y vehículos militares desplegados en los callejones y entradas. 

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La agresión en curso causó, hasta el momento, el martirio de 13 personas, entre ellas un niño y dos mujeres, y dejó una destrucción generalizada de infraestructuras, viviendas, comercios y vehículos.

Más de cinco mil familias fueron desplazadas forzosamente de los dos campamentos, mientras que más de 600 viviendas quedaron completamente demolidas.

Las entradas a los campamentos permanecen selladas, convirtiendo ambas zonas en zonas prácticamente sin vida y asediadas.

Las fuerzas israelíes  allanaron también este miércoles la guardería de la calle Shuhada, en el centro de Hebrón, al sur de Cisjordania, deteniendo a 70 niños palestinos y agrediendo al personal docente.

Mientras que en Belén, irrumpieron en la localidad de Al-Khader y se posicionaron en la zona de Umm Rukba, al sur, donde allanaron y registraron una vivienda.