Australia y Turquía pugnan por sede de la COP31 de la ONU
La falta de consenso entre Canberra y Ankara amenaza los preparativos de la Conferencia Climática 2026, advierte ONU.
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El conflicto inició en 2022, cuando Australia y Turquía presentaron solicitudes formales para albergar la cumbre.
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Steele, instó a Australia y Turquía a resolver la disputa por la sede de la COP31 prevista para 2026.
Steele calificó de “injustificable” el retraso en la decisión y alertó de su estancamiento, lo cual socava los preparativos para la conferencia.
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Un acuerdo bloqueado desde 2022
La COP acontece cada año de forma rotativa entre cinco grupos regionales, y la COP31 corresponde al grupo de Europa Occidental y otros, integrado por 28 países.
Según informes, la ONU fijó junio como fecha límite para alcanzar un consenso, pero la controversia sigue abierta.
El conflicto inició en 2022, cuando Australia y Turquía presentaron solicitudes formales para albergar la cumbre, y ninguno de los dos países cedió desde entonces.
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Intereses en juego para Canberra y Ankara
Australia busca coorganizar la COP31 con países del Pacífico, con el objetivo de mostrar avances en la transición hacia energías renovables y reforzar su liderazgo regional frente a los efectos del cambio climático.
Por su parte, Turquía intensificó sus gestiones diplomáticas, en especial durante las conversaciones preparatorias en Bonn el mes pasado, para asegurar el respaldo necesario dentro del grupo.
Advertencia de Naciones Unidas
De acuerdo con Steele, el éxito de la conferencia depende de una planificación anticipada, y exhortó a ambas naciones a priorizar el interés global frente al cambio climático.
Cualquier retraso prolongado en la designación de la sede afectará la capacidad de la COP31 para ofrecer resultados concretos, subrayó.
La disputa ocurre en un contexto internacional donde el cambio climático demanda respuestas urgentes y coordinadas, y en el cual las cumbres de la ONU son vistas como plataformas cruciales para avanzar hacia los compromisos de reducción de emisiones.