Una huelga nacional de trabajadores del transporte terrestre paralizó el miércoles el servicio de autobuses y trenes en Túnez, agravando la presión sobre el presidente Kais Saied en un contexto de crisis económica severa, informó Reuters.

La Federación de Transporte, vinculada a la Unión General Tunecina del Trabajo, inició un paro de tres días para reclamar mejoras salariales, condiciones laborales dignas y reformas urgentes en un sector golpeado por el deterioro de las infraestructuras y el envejecimiento de la flota.

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El gobierno tunecino respondió que “la situación actual de las finanzas públicas no permite aumentos salariales ni de prestaciones en el sector público”.

La paralización afectó tanto a las principales ciudades como a las zonas rurales, complicando el traslado de miles de ciudadanos y generando fuertes críticas a la gestión gubernamental.

Exigencias sindicales y advertencias

Por otra parte, el sindicato calificó el primer día de huelga como “un éxito total” y advirtió que el transporte público se encuentra en una situación muy difícil, lo que hace necesaria una “reforma rápida y eficaz” para evitar el colapso del sector.

Asimismo, el Ministerio de Transporte aseguró que ya existen “señales de un avance” gracias a la compra reciente de cientos de autobuses provenientes de China y Europa, aunque tildó de “injustas” las demandas económicas del sindicato.