Malí refuerza su soberanía y liderazgo en la Alianza del Sahel
Bajo Assimi Goita, Malí recuperó Kidal, expulsó tropas extranjeras y lidera la Alianza de Estados del Sahel, según refirió en una entrevista el profesor Diakaridia Diakité.
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El coronel Assimi Goita, presidente de Malí.
Durante una década, Malí no logró restablecer el control sobre el norte del país, ocupado por grupos armados y contingentes extranjeros, hasta que el coronel Assimi Goita, tras un golpe militar contra el presidente Ibrahim Boubakar Keita el 19 de agosto de 2020, impulsó un giro estratégico que culminó con la recuperación de Kidal el 15 de noviembre de 2023.
El profesor universitario y militante político Diakaridia Diakité subrayó en entrevista concedida al Periodista e investigador independiente Alex Anfruns Millán, que el golpe de 2020 respondió a la mala gobernanza, el fraude electoral en las legislativas de marzo de ese año y la desconexión del gobierno con las demandas de la juventud.
Agregó que las protestas lideradas por el movimiento M5-RFP, una agrupación de varios actores sociopolíticos que no participaban en nombre de sus propios partidos sino a título personal, fueron reprimidas con saldo de 11 muertos, lo que precipitó la intervención militar.
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— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) July 16, 2025
Según Diakité, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) reaccionó imponiendo duras sanciones económicas y financieras, alineadas con los intereses de Francia y la Unión Europea.
El cierre temporal de bancos y las restricciones al acceso de francos CFA afectaron gravemente a la población por lo que ante esta presión, el nuevo gobierno decidió romper con la dependencia militar y diplomática, expulsando al embajador francés y sellando acuerdos estratégicos con Rusia, Turquía e Irán.
La prioridad, afirmó Diakité, sigue siendo la seguridad donde el 60-70 por ciento de la población respalda al gobierno militar, especialmente campesinos, comerciantes y funcionarios, quienes valoran su carácter patriótico.
En el plano económico, acotó que Malí renegoció contratos de oro y litio, reformó el Código Minero para aumentar la participación estatal del 20 al 30 por ciento y revisó acuerdos energéticos y de defensa, aunque la inversión se concentra aún en el sector militar, lo que limita resultados inmediatos en otros ámbitos.
Diakité consideró la recuperación de Kidal tras casi 12 años bajo influencia francesa y de grupos armados como una victoria histórica que garantiza la plena soberanía y fortalece la posición de Malí en el Sahel.
Precisó que el control del norte, donde se cruzan intereses geoestratégicos y recursos energéticos, es clave para la estabilidad regional.
Describió la presidencia de la Alianza de Estados del Sahel (AES), integrada junto a Níger y Burkina Faso como una “alianza salvadora” destinada a reemplazar el modelo dependiente de la Cedeao.
Agregó que el liderazgo de Goita simboliza un proceso de liberación nacional y descolonización cultural, que combina la unión cívico-militar con una política exterior soberana.
“No son dirigentes populistas, sino patriotas que quieren romper las cadenas y afirmar la independencia de Malí”, sostuvo.
La batalla por la estabilidad del Sahel, afirmó en la entrevista a Alex Anfruns Millán, continúa en frentes como la frontera con Argelia, donde operan grupos rebeldes tuareg con apoyo externo.