El director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), Alexánder Bórtnikov, denunció que servicios especiales británicos y ucranianos preparan actos de sabotaje contra el gasoducto Turkish Stream y otras instalaciones estratégicas rusas.

Según afirmó este jueves, el FSB dispone de información concreta sobre los planes conjuntos de inteligencia entre Londres y  Kiev para atacar objetivos en territorio ruso.

Bórtnikov explicó que el FSB ha identificado operaciones terroristas y sabotajes en Rusia bajo patrocinio británico, incluyendo el uso de drones, embarcaciones no tripuladas y buzos de combate.

“Junto con el MI-6, se están planificando incursiones de grupos ucranianos en las regiones fronterizas de Rusia y ataques contra infraestructura crítica”, indicó el jefe del FSB.

🔴 EE.UU. PROPORCIONARÁ INTELIGENCIA SOBRE ATAQUES CON MISILES UCRANIANOS EN RUSIA

⭕️ Según The Wall Street Journal, Estados Unidos comenzará a proporcionar inteligencia a Ucrania para llevar a cabo ataques con misiles de largo alcance contra la infraestructura energética de… pic.twitter.com/SsixQwBa40

— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) October 2, 2025

Ataques coordinados y guerra informativa

El funcionario ruso agregó que la inteligencia británica supervisó la operación ucraniana "Telaraña", ejecutada en junio, poco antes de las  negociaciones entre Moscú y Kiev en Turquía. Durante esa ofensiva, fueron golpeados varios aeródromos rusos, en lo que calificó como un intento de presión política y militar.

“Los británicos garantizaron su posterior acompañamiento propagandístico, difundiendo en los medios de comunicación informaciones falsas sobre los supuestos enormes daños causados y la 'autoría' exclusivamente ucraniana del sabotaje”, subrayó Bórtnikov.

Ataques con drones contra aeródromos rusos

El 1 de junio, las fuerzas ucranianas atacaron con drones FPV (de pilotaje con visión remota) aeródromos militares en las provincias rusas de Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur.

Según el FSB, esos ataques formaron parte de una estrategia coordinada por los servicios de inteligencia británicos para desestabilizar a Rusia y sabotear sus canales energéticos hacia Europa, entre ellos el gasoducto Turkish Stream, que transporta gas ruso a través del Mar Negro hasta Turquía y el sur del continente europeo.

El gasoducto Turkish Stream, inaugurado en 2020, es una de las principales rutas energéticas que Rusia utiliza para exportar gas natural a Europa sin pasar por Ucrania.

Moscú denunció en repetidas ocasiones los intentos occidentales de interrumpir sus corredores energéticos como parte de la guerra híbrida impulsada por la  OTAN y el Reino Unido contra sus intereses estratégicos.

Desde el inicio del  conflicto en 2022, el Kremlin ha reforzado la seguridad en infraestructuras críticas, mientras acusa a Ucrania y sus aliados occidentales de recurrir al terrorismo de Estado y a la guerra mediática para erosionar la estabilidad rusa.