Trump convierte ampliación de la Casa Blanca en negocio opaco
Corporaciones financieras, tecnológicas, petroleras y armamentistas financian la ampliación de la Casa Blanca a cambio de favores políticos de la Administración Trump.
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Las obras de reformas en la Casa Blanca. (Foto: AP)
La ampliación de la Casa Blanca, promovida por el presidente estadounidense Donald Trump, abrió una vía de financiamiento privado donde grandes corporaciones aportan millones mientras reciben beneficios políticos y económicos.
El proyecto, valorado en 300 millones de dólares y financiado por donantes con intereses ante la Administración Trump, destapó nuevas acusaciones de conflicto de intereses y uso de dinero opaco en decisiones públicas.
La ampliación se financia a través de una estructura paralela
El dinero fluye por el Trust for the National Mall, una entidad asociada al Servicio de Parques Nacionales, según confirmó CBS News.
La obra depende totalmente de fondos privados, sin control público sobre el origen o destino de los aportes.
Los perfiles de los financiadores reproducen el patrón de campañas previas de Trump: grandes fondos financieros, tecnológicas con contratos federales, petroleras favorecidas por políticas antiambientales y multimillonarios del sector criptográfico interesados en desregulaciones.
Fondos financieros y gigantes tecnológicos en la lista de favorecidos
Entre los principales aportantes figura BlackRock, que recibió respaldo de la Administración Trump en su intento por adquirir participación en puertos estratégicos del Canal de Panamá.
También destaca Jeffrey Yass, jefe del fondo Susquehanna International Group, quien influyó directamente en el cambio de postura de Trump sobre la prohibición de TikTok.
Susquehanna sería beneficiada si prospera un acuerdo que entregaría la gestión del algoritmo de TikTok a un consorcio estadounidense.
Petroleras y criptoinversionistas respaldan la remodelación
El sector petrolero está representado por figuras como Harold Hamm, dueño de Continental Resources y promotor clave de políticas de fracking a través del secretario de Energía Chris Wright.
La industria de combustibles fósiles ya aportó decenas de millones a Trump durante su toma de posesión.
En el ámbito de las criptomonedas, aparecen los hermanos Winklevoss, propietarios de Gemini, junto a plataformas como Coinbase y Ripple.
Todos recibieron beneficios regulatorios tras la flexibilización del marco aplicado al sector durante esta administración.
Lockheed Martin y la familia Adelson refuerzan poder político
La presencia de Lockheed Martin, fabricante de los F-35 usados por el Pentágono y vendidos a países aliados como “Israel”, sobresale por su interés directo en decisiones militares y presupuestarias.
También figura la familia Adelson, conocida por su influencia sobre políticas estadounidenses pro-“Israel” y su cercanía histórica con Benjamín Netanyahu.
Miriam Adelson, heredera del imperio, ha defendido públicamente la anexión de Cisjordania y las acciones israelíes en Gaza.
La combinación de grandes financistas, empresas con contratos federales, industrias dependientes de desregulaciones y donantes ideológicos crea un esquema que dificulta distinguir entre “donación” y “compensación política”.
Analistas señalan que la ampliación de la Casa Blanca se ha convertido en una fuente opaca de dinero, donde influencias corporativas y decisiones gubernamentales se superponen sin mecanismos de transparencia ni control.
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