Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció el retiro de su personal del Hospital Zalingei, en Darfur Central, después del asesinato a tiros de un camillero el 18 de noviembre y pidió a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) garantizar la seguridad de su personal y de los pacientes.

La víctima, empleada del Ministerio de Salud de Sudán, murió a las afueras del hospital en un incidente en el que también resultaron heridas otras cuatro personas.

El centro se encuentra en una zona controlada por las FAR, lejos de las primeras líneas del conflicto con el ejército sudanés.

Mediante un comunicado, la coordinadora de emergencias de MSF en Darfur, Mariam Laroussi, declaró: "Nuestros equipos no pueden reanudar las actividades humanitarias hasta que las FAR garanticen condiciones seguras para la protección del personal y los pacientes".

Las FAR negaron haber causado daños a civiles y aseguraron que cualquier persona que cometiera violaciones rendiría cuentas.

MSF gestiona en el hospital una sala de urgencias, realiza cirugías, brinda atención neonatal y trata epidemias como el sarampión y el cólera.

En agosto pasado la organización suspendió temporalmente sus actividades en el mismo centro tras la explosión de una granada.