El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció la “persistente interferencia electromagnética” que Estados Unidos genera en el Caribe, particularmente sobre el espacio aéreo de Venezuela.

La acusación se produjo tras el mensaje difundido en redes sociales por el presidente Donald Trump, quien declaró como “cerrado” el espacio aéreo de toda Venezuela.

Rodríguez calificó la situación como resultado del “ofensivo y extraordinario despliegue militar” de Washington en la región.

Advirtió que estas acciones forman parte de una escalada de agresión militar y guerra psicológica contra Caracas, con el objetivo de derrocar por la fuerza a su gobierno legítimo.

Denunciamos persistente interferencia electromagnética en el Caribe, particularmente sobre el espacio aéreo de #Venezuela, provocada por el ofensivo y extraordinario despliegue militar de #EEUU en la región.

Forma parte de la escalada de la agresión militar y la guerra… pic.twitter.com/hilia2oq2T

— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) November 29, 2025

Desde su plataforma Truth Social, Trump pidió a aerolíneas, pilotos y operadores evitar la zona y aseguró que el cierre se aplicará de manera total.

La medida llega días después de que el republicano adelantara que su estrategia antidroga dejaría de concentrarse exclusivamente en el Caribe para convertirse en una operación terrestre.

Mediante un comunicado oficial, Venezuela afirmó que este tipo de declaraciones constituye una “agresión extravagante, ilegal e injustificada” y “un acto hostil, unilateral y arbitrario”.

De acuerdo con la declaración difundida por el canciller Yván Gil, Trump pretende “aplicar extraterritorialmente la ilegítima jurisdicción de Estados Unidos”.

Señaló que esto se inscribe en “una política permanente de agresión contra nuestro país, con pretensiones coloniales sobre nuestra región de América Latina y el Caribe”.

En este contexto, la agencia Bloomberg reseñó la existencia de una “pared invisible de ruido electromagnético” que se ha extendido sobre el Caribe.

Los datos analizados muestran que las perturbaciones comenzaron semanas antes, coincidiendo con una mayor presencia naval estadounidense ordenada por Trump.

Esta interferencia dificulta la navegación por sistemas satelitales como el GPS estadounidense, el Galileo europeo y el GLONASS ruso, haciendo el espacio aéreo prácticamente intransitable bajo condiciones estándar.