Conducir de noche resulta más difícil a partir de los 20 años
Uno de los principales problemas visuales experimentados en las últimas dos décadas es un aumento significativo de la sequedad ocular.
A medida que envejecemos, conducir de noche resulta cada vez más desafiante debido a las afecciones oculares relacionadas con la edad.
Los cambios en la visión que afectan esa actividad nocturna comienzan entre los 20 y los 30 años, según explicó el optometrista Mile Brujic, de New England College.
Uno de los principales problemas visuales experimentados en las últimas dos décadas es un aumento significativo de la sequedad ocular.
Otro dificultad común relacionada con la edad es la catarata, una condición en la que "el cristalino interno natural se nubla".
Según los expertos, esta condición provoca que las luces en la oscuridad, como los faros de los automóviles o las farolas de la calle, sean muy brillantes.
Además, otras afecciones relacionadas con la edad, como la degeneración macular y el glaucoma, interfieren en la conducción nocturna al afectar la retina y el nervio óptico, respectivamente.
La Asociación Estadounidense de Optometría informa que muchos conductores protestan por el resplandor de los faros HID (descarga de alta intensidad) y LED (diodos emisores de luz).
Si bien las investigaciones muestran que estas luces brillantes no causan deslumbramiento incapacitante, sí provocan molestias en los sentidos.