"Israel" grita después de 75 años de ejercicio de terrorismo de Estado
Es fácil y perverso guardar silencio durante décadas frente a tanto terror israelí y salir ahora con esas condenas a quienes se han levantado prácticamente de la tumba para decirles a sus verdugos: estamos vivos y podemos darles los golpes que exigen las circunstancias y pelear en un nivel superior al de décadas pasadas.
“Israel” en su dimensión, y contando con el poderoso lobby judío y el odio que destila contra los pueblos árabes, es el Estado que compite con EE.UU. por el primer lugar de los Estados Terroristas del planeta.
Tiene 75 años masacrando los pueblos árabes, especialmente al pueblo palestino, matando gente humilde, trabajadores/as, niños/as, ancianos/as y mujeres.
Setenta y cinco años bombardeando ciudades, destruyendo escuelas y hospitales, centros religiosos, asesinando a sus líderes y torturando prisioneros.
“Imponiendo:
· Un inhumano bloqueo ilegal en la Franja de Gaza desde el 2007.
· Un sistema de apartheid (discriminación racial) contra los palestinos.
· La limpieza étnica de cientos de pueblos y aldeas palestinas desde 1948.
· El impedimento de millones de refugiados de retornar a sus hogares.
· La expropiación constante de tierras y quema de cosechas.
· El ominoso Muro que divide a comunidades enteras en Cisjordania.
· La negación de juicios a los prisioneros políticos, incluyendo menores de edad.”
Setenta y cinco años enseñándole a otras policías y ejércitos, y a grupos paramilitares mafiosos, a espiar, a matar, a sabotear, a torturar… empleando tecnologías de punta para todo tipo de crueldades.
Su terrorismo de Estado, además, no ha tenido ni tiene fronteras: ha acompañado todas las dictaduras militares fascistas de Nuestra América y del mundo, y a todos los regímenes civiles neofascistas.
Sus agentes son consumados asesores de la maldad y sus unidades militares han acompañado a EE.UU. en todas sus fechorías.
Al Mossad no le caben más genocidios
En Colombia recientemente se confirmó la responsabilidad de “Israel” en las masacres ejecutadas por paramilitares y policías
La contrapartida heroica
Tal infierno organizado por esos dos Estados (“Israel” y EE.UU.), no podía evitar una contrapartida violenta, una insurgencia radical, una guerra desde la opresión, desde el dolor, desde la indignación, que incluso ha dado lugar al empleo del terror contra el terror, en una parte de la resistencia árabe-palestina, no en toda.
En 75 años los combates no han cesado, como no ha cesado el terrorismo de Estado “Israel”.
Son muchas y diversas las organizaciones político-militares en la resistencia árabe-palestina.
Ha sido heroica su sobrevivencia a la carga de terror y sufrimientos a las que esas organizaciones y sus pueblos han sido sometidas.
Algunas como Hamas y Hizbullah han dado el salto hacia ejércitos dotados de alta tecnología.
Hamas acaba de demostrar que puede situar la guerra en otro nivel, en un nivel muy superiores a los anteriores combates e imprimirle golpes demoledores al Estado sionista-terrorista de “Israel”.
Ocupar ciudades, tomar unidades militares, recuperar territorios, tumbar el infame muro de Gaza.
Las unidades de la Ofensiva Militar de la Resistencia Palestina “entraron a territorio de ocupación israelí y han capturado bases militares y cuarteles de policía en los pueblos fronterizos”.
El genocida Netanyahu pegó el grito al cielo, declaró a “Israel” “en guerra” y desató sus consabidas represalias criminales, como era de esperarse.
EE.UU. ya envió sus portaaviones.
Un gran coro de Jefes de Estados, dirigentes políticos y comunicadores de la fauna derechista -cómplices por acción u omisión del terrorismo de Estado israelí- lanzan ahora airadas condenas a Hamas y a la resistencia palestina, acusándolas de terroristas.
Son simuladores capaces de colocar la historia y el presente al revés.
Entre ellos se destacan Abinader, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y otros de igual catadura.
En el caso de Abinader su reacción tiene connotación de traición bochornosa a su ascendencia árabe; todo por plegarse a lo que “Israel” y EE.UU. representan en el endurecimiento del coloniaje en esta isla y en la agresión al pueblo haitiano.
Hay que ser pusilánime para reaccionar con tanta cobardía frente a un hecho que implica una merecida respuesta a tanto escarnio y tantos sufrimientos palestinos.
Es fácil y perverso guardar silencio durante décadas frente a tanto terror israelí y salir ahora con esas condenas a quienes se han levantado prácticamente de la tumba para decirles a sus verdugos: estamos vivos y podemos darles los golpes que exigen las circunstancias y pelear en un nivel superior al de décadas pasadas.
Estamos ante otra señal de la decadencia de una opresión inaceptable.