La humanidad se está quemando en las llamas de la guerra. Los tiernos cuerpos de los niños de Gaza arden en los diarios bombardeos sionistas. La movilización de los pueblos y las vacilantes declaraciones de los políticos que rechazan la brutal invasión son insuficientes para contenerla.

Las declaraciones de repudio de los políticos significan nada frente al dolor de un pueblo hermano. Nosotros somos palestinos, la infancia del mundo está siendo exterminada en un país entrañable y hermoso, las raíces que nos atan a la tierra están siendo cortadas.

Nosotros somos poetas y nuestro solo instrumento para defender la vida torturada es el lenguaje, lo emplearemos a fondo y desplegaremos una vasta acción poética en el mundo para denunciar las tareas de aniquilación de los pálidos asesinos. La vida es sagrada, nadie tiene derecho a matarla. La tierra palestina es sagrada, ninguna fuerza de ocupación tiene derecho a tomarla. Los mártires son sagrados, su roja sangre sobre la hierba verde levantará el alma del mundo.

El Movimiento Poético Mundial llama a todos los seres humanos de profunda consciencia y corazón ardiente, a los poetas, artista y pensadores del planeta, a manifestarse en todos los países, de todas las formas posibles, el próximo 15 de mayo, aniversario 77 de la Nakba, día en que 700 mil palestinos fueros expulsados de sus hogares por los sionistas.

Llamamos también a realizar el 28 y 29 de junio una acción global con lecturas masivas de poemas, performances, conferencias y conversatorios, conciertos y exposiciones en espacios públicos y cerrados, y a organizar talleres y conferencias en escuelas y colegios de ciudades y aldeas del mundo para difundir la poesía palestina de resistencia.

Sabemos que escribir y leer poemas tampoco será suficiente para apagar la guerra en Gaza e impedir el exterminio, pero hará parte del entramado de una revolución poética mundial para sacudir el confuso espíritu de nuestra especie y devolverlo a su cauce profundo, caminando con firmeza hacia la realización de la plena paz sobre la tierra, en unidad profunda, hacia el reencuentro de los grandes objetivos olvidados por la humanidad.