Hizbulah que había derrotado a Israel en dos guerras, la primera fue la guerra de liberación del sur del Líbano el año 2000, y la segunda al enfrentarse al ataque israelí el año 2006, se encuentra ahora nuevamente en la mira de Estados Unidos, para ocupar el mismo lugar que ocupaba DAESH durante los últimos tres años, en la cima de la estrategia estadounidense y sus aliados en Tel Aviv.

Existen varios indicadores al respecto, destacan las sorprendentes conmemoraciones con motivo del trigésimo cuarto aniversario del atentado contra la base de los marines de los Estados Unidos en Beirut, en la que murieron doscientos cuarenta y un soldados estadounidenses, en un ataque suicida ejecutado por una célula perteneciente a Hizbulah.

Todos los presidentes  estadounidenses que gobernaron antes del presidente Donald Trump no recordaron esa operación suicida y tampoco la conmemoraron, y ni siquiera comentaron el tema, por eso los tweets de este último, o sea Trump en los que expresa “que su país no olvida los soldadosestadounidenses que murieron en Beirut a manos de Hezbollah”, en momentos en el que su vicepresidente Mike Pence, había ido más allá cuando afirmó que “el atentado contra los marines era la primera chispa que inició la guerra contra el terrorismo… y trasladaremos la guerra a los territorios delos terroristas y bajo nuestros términos”,  agregando que “Hezbollah es un grupo terrorista considerado como representante de Irán, el principal patrocinador del terrorismo en el mundo”; este es el principal indicador de que existe una intención de escalada contra Irán y Hizbulah y por consiguiente podría ser el Líbano su pequeño escenario de confrontación, para pasar seguidamente al gran escenario que es toda la región.

En concordancia con el mismo coro, Avigdor Lieberman, ministro de guerra israelí en línea con lo planteado dirigió una acusación contra al Sayyed Hassan Nasrallah el líder de Hizbulah, señalando que dio las órdenes “personalmente” para lanzar dos misiles el sábado pasado en dirección de los Altos del Golán ocupados, afirmando que esta acción es deliberada y no es consecuencia de misiles perdidos a causa de los enfrentamientos entre el ejército sirio y la oposición.

La política de escalada que asume Trump contra Irán es una “declaración de guerra”, y un rechazo total de todo tipo de diplomacia, adoptando literalmente las políticas y posturas de Netanyahu; estas fueron expresadas durante su alocución ante las Naciones Unidas el mes pasado, y se resumen con su afirmación “o el retiro del acuerdo nuclear iraní, o su modificación, e incluso cancelarlo”.

*Jared Kushner*, yerno de Trump y su primer asesor en política exterior, es un amigo muy cercano de Netanyahu, y su padre, es uno de los que más apoyan la política de asentamientos israelí en Cisjordania y al partido Likud en general; más importante aún, es que *Kushner*, es una persona muy cercana aJohn Bolton, a quien considera, de una manera u otra, como padre espiritual, y este personaje fue uno de los más destacados neo-conservadores de línea dura que apoyan a “Israel” y que planificaron yallanaron el camino para  la agresión contra Iraq, Bolton dijo en sus memorias: “o es que proceda el Consejo de Seguridad a privar a Irán de su derecho a poseer un programa nuclear, o Washington adoptaría la opción de atacarla”.

De una manera muy resumida, nosotros podríamos estar al borde de la “tercera” guerra libanesa”, y se está buscando una justificación para encender su mecha; las declaraciones de Lieberman sobre el lanzamiento de cohetes por “Hizbulah” hacia el Golán ocupado y la refutación de las mismas por la cúpula del ejército israelí podría ser una de ellas, ya que la fabricación israelí -  estadounidense de los pretextos es harto conocida y no requiere de pruebas, basta con mencionar el caso de la mentira de lasarmas de destrucción masiva iraquíes.

La pregunta que se hacen los círculos militares occidentales es sobre cómo librará Israel esta guerra: ¿Sería como la primera guerra en 1982, cuando sus tropas y tanques entraron y llegaron hasta Beirut? ¿O seguirán la opción de la segunda guerra en 2006, es decir, depender de su superioridad aérea y destruir los misiles de Hezbollah y sus bases militares?

Hay análisis que hablan de una combinación de las dos teorías: o sea la incursión terrestre y un intenso bombardeo aéreo, y Hizbulah parece haberse preparado bien para ambas eventualidades, es decir, lanzar todos sus misiles en dirección de las ciudades y los objetivos israelíes en el territorio palestino ocupado, un número estimado por algunos en más de ciento cincuenta mil, y al mismo tiempo utilizar el método de guerra de desgaste aplicado por las fuerzas de la Organización de Liberación de Palestina y las fuerzas nacionalistas libanesas aliadas a ellas, haciendo que el costo humano y militar de la incursión israelí sea muy elevada.

El nuevo elemento que podría distinguir cualquier nueva guerra israelí en el Líbano, diferenciándola de las que precedieron, es que el ejército libanés no se mantendrá neutral esta vez, y luchará junto con las fuerzas de “Hizbulah”, porque en su mayoría le debe lealtad al presidente Aoun, el aliado más cercano al Sayyed Nasrallah, y su arraigada doctrina de lucha nacionalista se basa en enfrentar cualquier agresión israelí.

“Israel” se encuentra estratégicamente muy preocupada por el aumento de la presencia militar iraní en territorio sirio, y por los informes de su intención de establecer bases navales en Tartús y aéreas cerca del aeropuerto de Damasco, lo que significaría que la guardia revolucionaria se encontraría en las costas de Mediterráneo; la otra parte que preocupa estratégicamente a Israel es la presencia de unidades pertenecientes a la guardia revolucionaria en el sur de Siria frente a la meseta del Golánocupado, lo cual coloca la meseta al alcance de sus misiles y también de los misiles de Hizbulah.

Trump se esfuerza actualmente, y a través de sus partidarios en el comité de Asuntos Exteriores en el Congreso estadounidense, intentando aprobar una legislación que ponga a todo Hizbulah y no solo a su ala militar en la lista de organizaciones terroristas, imponiendo por ende nuevas sanciones que alcancen a todo aquel que colabore con el partido, lo financie, o contribuya a reclutar en sus filas, esto sería un paso esencial en la política de escalada que adopta actualmente y además esto explica “laapertura sorpresiva” del expediente del ataque contra los marines en Beirut el año 1983.

Ganar esta guerra no sería tarea fácil para Estados Unidos e “Israel”, la presión contra Irán con el fin de someterla, obligándola a aceptar el inicio de nuevas negociaciones en la búsqueda de modificar el acuerdo nuclear, sería la excusa para iniciar una guerra, porque Irán consideraría este exigencia como una “provocación” o más bien un agravio, y lo más probable es que lo rechace, porque se supone que memorizó la lección de las reiteradas exigencias estadounidenses a Saddam Hussein relacionadas con eltema de las armas de destrucción masiva que se supone que poseía, y terminó con su destrucción, o sea de las armas de destrucción, la destrucción de Iraq y su posterior ocupación.

Observen el escenario estadounidense – israelí y sus esperados alcances en el Líbano… es la guerra… aquellos que dicen lo contrario no conocen la historia moderna de Estados Unidos, y aún no se han convencido de que Trump está más entregado a los planes israelíes que su ex - homólogo, George W.Bush, y los días confirmarán esto.