Trump amenaza con consumar el caos en Estados Unidos
Los casi cuatro años de la administración del presidente Donald Trump tienen un punto distintivo en Estados Unidos, propagar la teoría del caos, para imponer políticas y decisiones en diversos escenarios.
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Trump amenaza con consumar el caos en Estados Unidos
Hace pocos días, Trump encendió la controversia al negarse a comprometerse a una transferencia pacífica del poder, a la vez que arreció los ataques sobre cómo se votará el 3 noviembre en las elecciones por la Casa Blanca.
El asunto es motivo de comentarios y controversias entre seguidores del mandatario y de su retador, el demócrata Joe Biden.
Al respecto, a Aaron Sorkin, el creador del "Ala Oeste" (West Wing) se le preguntó el martes durante un chat virtual como parte del Festival de San Sebastián cómo escribiría la forma en que la carrera por la Casa Blanca termina el 3 de noviembre.
“Si fuera capaz de romantizar todo el asunto, esto es lo que sucedería: En la noche de las elecciones, Donald Trump haría lo que todos asumimos que va a hacer, que es no conceder la derrota, afirmar que las elecciones fueron amañadas, afirmar que los demócratas hicieron trampa, todo eso", dijo Sorkin.
Indudablemente eso será un escenario de pesadilla, caótico y preocupante para los estadounidenses, incluso para aquellos que apoyan al Ejecutivo imperante.
Los comentarios de Sorkin, llegaron justo un día antes de que se le preguntara a Trump en una reunión informativa en la Casa Blanca el miércoles 23 de septiembre si juraría asegurar una transición pacífica del poder en caso de que perdiera las elecciones. "Vamos a tener que ver lo que pasa, pero me he estado quejando muy fuertemente de los votos. Los votos son un desastre", dijo el presidente a los periodistas.
Sin embargo, el jueves, el Senado aprobó una resolución reafirmando su apoyo a una transición pacífica del poder. La resolución, ofrecida por el senador demócrata Joe Manchin (W.Virginia), fue aprobada por unanimidad.
No obstante, el viernes de esa semana el jefe de personal de la Casa Blanca, Mark Meadows, criticó al director del FBI, Christopher Wray, por su testimonio ante el Congreso de que no ha visto pruebas de un amplio fraude electoral en una elección importante a la vez que habló de presuntos fraudes en marca.
El testimonio de Wray el jueves socavó la afirmación de Trump de que una expansión del voto por correo durante las elecciones de 2020 invitaría a un fraude generalizado en las elecciones. Los expertos dicen que no hay evidencia de fraude significativo en el voto por correo.
Los comentarios de Meadows se produjeron durante un intercambio en el que defendió la negativa de Trump a comprometerse a una transferencia pacífica del poder si pierde en 2020, ya que levantó sospechas sobre el voto por correo.
Hay mucha alarma en el país por lo que pueda pasar e incluso, en el Pentágono, los principales generales de las fuerzas armadas estadounidenses podrían renunciar si el presidente Trump les ordena reprimir con tropas las posibles protestas tras las elecciones del 3 de noviembre, según una reseña del diario The New York Times.
Los funcionarios del Pentágono dijeron al periódico que bajo ninguna circunstancia, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JJEM), el general Mark A. Milley, enviaría fuerzas de operaciones especiales del Ejército o de la infantería de marina para sacar a Trump de la Casa Blanca.
Las fuentes señalaron que si fuera necesario, tal tarea recaería en los alguaciles estadounidenses o el Servicio Secreto, pues los servicios armados, por ley, deben obediencia primero a la Constitución, no al presidente.
Ahora la principal preocupación es si el titular de la Casa Blanca y por tanto su comandante en jefe podría ordenar a las tropas estadounidenses que caigan en el caos en torno a las próximas elecciones.
Mientras tanto, un estudio del Centro de Investigaciones Pew ofrece un amplio análisis y cifras para una valoración del voto por correo, al parecer el tipo de sufragio que puede cambiar al timonel del barco estadounidense.
A medida que se acerca el día de las elecciones, es difícil recordar una elección presidencial cuyo acto de votación fue más polémico y potencialmente más confuso. Los votantes que viven en estados con diferentes procedimientos de votación tienen puntos de vista divergentes sobre los desafíos de la votación de este otoño, con las diferencias más agudas entre los que apoyan a Joe Biden para presidente, según el nuevo análisis de Pew.
Cerca de seis de cada diez votantes registrados (61%) en los cinco estados donde las elecciones se realizan exclusivamente por correo esperan que votar sea fácil. Esto se compara con la mitad (53%) de los votantes de los cuatro estados y Washington, D.C., que no realizan sus elecciones enteramente por correo pero que enviarán boletas por correo a todos los votantes registrados, y en los 34 estados donde las boletas de correo están disponibles para cualquier votante que las solicite este año (51%).
Un porcentaje menor de votantes (44%) en los siete estados donde se requiere una excusa - sin incluir las preocupaciones sobre la pandemia del coronavirus - para votar por correo dicen que la votación será fácil este año.
Los partidarios de los dos principales candidatos que viven en estados donde el voto por correo se pondrá a disposición de todos los votantes son más propensos que los que viven en otros estados a informar que preferirían votar por correo este año. Aun así, los partidarios de Biden son mucho más propensos que los de Trump a querer votar por correo este año, incluso teniendo en cuenta las políticas de su propio estado.
En los estados donde todos los votantes emiten su voto por correo, unos nueve de cada diez (89%) partidarios de Biden prefieren esta modalidad de votación, en comparación con los aproximadamente cuatro de cada diez (43%) partidarios de Trump que viven en los estados con voto universal por correo.
El estudio de Pew refleja incluso las diferencias raciales a la hora de votar y destaca que la mayoría de la población negra, que se inclina por Biden, acudirá personalmente a las urnas. Asimismo, las s diferencias en la preferencia de voto son menos pronunciadas entre los votantes de Trump a lo largo de las líneas demográficas. Sin embargo, hay divisiones ideológicas.
Los votantes de Trump, muy conservadores, son los que tienen menos probabilidades de querer votar por correo en noviembre, algo de se ajusta a la predica del mandatario de que ese voto es “fraudulento” y su interés en proclamarse vencedor el 3 de noviembre aun sin el conteo de ese sufragio (cerca del 40 por ciento) que lo pondría fuera de la Casa Blanca, asegura la investigación.
El estudio afirma que cerca de dos tercios (68%) de los partidarios de Trump que dicen ser muy conservadores expresan su preferencia por votar en persona el 3 de noviembre, mientras que el 19% dice que les gustaría hacerlo en persona antes del día de las elecciones y sólo el 11% dice que le gustaría votar por correo.
Mientras que la mayoría de los votantes liberales y moderados de Trump también expresan una preferencia por el voto en persona, es casi el doble de probable que los votantes muy conservadores de Trump prefieran votar por correo este año (22% vs. 11%).
Al respecto de esta controversia y la situación en el país, el empresario, autor y ex senador estatal republicano de Arizona por tres períodos, Bob Worsley, señaló que para los disidentes como él, esta elección no será sobre partidos y más tribalismo. Será sobre la recuperación de los valores fundamentales como el respeto a la verdad, la competencia de gobierno, el civismo, y el fortalecimiento de las diversas instituciones y tradiciones debilitadas por Trump.
La situación es mucho más caótica cuando en el país existe un sentimiento ligeramente mayoritario para abolir el mecanismo del Colegio Electoral que en muchas oportunidades, como con Trump, elige al presidente aunque perdiera el voto popular.
En 2016, Trump perdió el voto popular por aproximadamente 3 millones de votos pero ganó el colegio electoral contra la ex candidata presidencial demócrata Hillary Clinton.
Retomando la historia del actual mandatario y su apuesta por el caos resalta que en 2016 tras su derrota en el caucus de Iowa en 2016, acusó a otro competidor por la boleta republicana, el senador Ted Cruz de hacer trampa y dijo que los resultados deberían ser anulados.
Luego de obtener la presidencia ese otoño, Trump insistió, sin pruebas, en que había "un grave fraude electoral" en tres estados que perdió contra Hillary Clinton. Ahora, corriendo detrás de Joe Biden en las encuestas, el presidente se queja de que el resultado será "amañado".
La negativa de Trump a comprometerse con una transición pacífica del poder esta semana, y su decisión de no retractarse de sus comentarios del jueves ante el malestar generalizado, sólo transmite su intención estratégica en términos que ambas partes puedan entender, señala el diario Político.
Como resultado, los republicanos ya no pueden negar sinceramente que Trump puede no estar dispuesto a dejar el cargo en caso de ser derrotado, mientras los demócratas deben ahora enfrentar la posibilidad de que no tengan el poder para detenerlo, sostiene la publicación.
Diversos análisis de medios de prensa y de políticos entendidos en el tema anticipan un final caótico y divisorio de la campaña.
"Estamos súper alarmados", dijo Matt Bennett del grupo de centro-izquierda Third Way, al señalar que el candidato republicano está sentando las bases para disputar los resultados de las elecciones en caso de una derrota. "Ahora creo que es muy, muy probable que Joe Biden gane las elecciones si se cuentan los votos, pero no está claro que se cuenten los votos".
Refiere Politico a las frecuentes reflexiones del actual presidente sobre la extensión de su presidencia más allá de los dos términos ordenados por la Constitución hasta sus equivocaciones sobre la aceptación de los resultados de las elecciones, por lo que, todo indica, Trump prepara al electorado para un desafío post electoral sin precedentes a las normas de la nación.
Según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, Trump "aceptaría el resultado de una elección libre y justa", aunque su jefe amenazó con llevar el problema a la Corte Suprema.
Sin embargo, el fraude electoral es raro en las elecciones, según numerosos estudios, pero eso no impidió que Trump creara una comisión para investigar sus afirmaciones infundadas de fraude electoral generalizado en uno de sus primeros actos como presidente.
Sobre el probable caos que causaría el gobernante, el senador demócrata Bernie Sanders dijo recientemente que “es terriblemente importante que escuchemos y tomemos en serio lo que Donald Trump está diciendo".
Así el representante Ro Khanna de California dijo que su partido necesita un plan más detallado que el actual para manejar cualquier escenario de pesadilla después de las elecciones y anticipó que todo el mundo ve venir el choque de trenes.
A menos de 40 días de las elecciones, se mantiene la incertidumbre. ¿Quién ganara la Casa Blanca?, y ¿qué escenario se producirá tras el anuncio?, ¿Será el caos? Seremos testigos.