Cuba y lo que el mundo no debe saber
El Presidente y el Primer Ministro cubanos intervinieron en la televisión el pasado jueves 8 de octubre y dieron una amplia información sobre tres asuntos: el enfrentamiento del país a la pandemia de la Covid-19, las acciones para disminuir los efectos del recrudecimiento del bloqueo estadounidense que desde 2019 a la fecha ha impuesto 121 nuevas sanciones a la isla, y el anuncio de la llamada Tarea ordenamiento que, junto a la eliminación de subsidios generalizados y una reforma salarial y de pensiones, permitirá la unificación monetaria y cambiaria, devenida nudo gordiano de la estrategia económica aprobada en el VI y VII congresos del Partido Comunista luego de un amplio debate popular.
En la comparecencia se dio a conocer la decisión de pasar trece de los dieciséis territorios del país a la nueva normalidad pos pandémica, ya que Cuba presenta indicadores muy favorables que lo permiten: Una tasa de letalidad (personas fallecidas por cada cien que enfermaron) de 2,079%, inferior a la del mundo (2,9) y América (3,), una cifra de enfermos por millón de habitantes de 528,2 cuando la del mundo es de 4678 y la de su región 16 998, y además ha recuperado el 91% de los enfermos cuando en el mundo es el 75% y en las Américas el 65%.
Con esos resultados, y con el mundo entero siguiendo informaciones sobre la enfermedad, semejante comparación debería haber sido noticia mundial, como también el hecho de que Cuba es el único país del Sur que desarrolla tres candidatos vacunales para la prevención de la enfermedad, los cuales estarán probándose en humanos antes de finalizar este año.
Pero no fue así. Las dos maquinarias que desempeñan el bien engrasado rol de deformar todo lo que sucede en la Isla se concentraron en dar su versión de lo informado de modo que la verdad quede oculta tras sus distorsiones.
La máquina de fango financiada con dinero federal de los Estados Unidos, que en las redes sociales sataniza todo lo que hace el gobierno cubano, encontró en un gráfico que el Presidente dibujó a mano, pero con precisión reconocida hasta por varios matemáticos, el motivo para descalificar y reducir a la difusión de memes sobre el tema las más de dos horas de información, aunque convenientemente ignoró otros memes que lo elogiaron y aplaudieron. Las reacciones mayameras a la habilidad didáctica del líder cubano -“No hay recursos ni para hacer una diapositiva”- recordaron aquel cuento en que Fidel caminaba sobre las aguas y la prensa de Miami vociferaba “está muy mal, ya no sabe ni nadar”.
Por su parte, varias de las corresponsalías extranjeras que actúan como medios privados nacionales no sólo callaron las ilustrativas cifras ofrecidas por el gobierno cubano, sino que a pesar de llevar años acusándolo de no emprender cambios en la economía, justo cuando este anuncia que a partir de la inminente Tarea ordenamiento pondrá en marcha todos los cambios pendientes de la llamada Conceptualización, lo ha reducido todo a la eliminación en una etapa posterior de la llamada “libreta de abastecimientos”, un suministro a todos los ciudadanos de un grupo de alimentos a precios altamente subsidiados que, aunque insuficientes, son un importante complemento para buena parte de las familias cubanas. No dicen que la eliminación de esos y otros subsidios generalizados -como el agua, la electricidad y el gas manufacturado- serán compensados con incrementos en salarios y pensiones y que la “libreta de abastecimientos” como mecanismo de regulación se mantendrá hasta que las ofertas en el mercado de esos bienes permitan prescindir de ella, tampoco informan que los servicios de educación y salud que absolutamente recibe toda la población cubana y cuya calidad es reconocida internacionalmente se mantendrán con su carácter universal y gratuito y que aquellas personas en estado de vulnerabilidad tendrán acceso a prestaciones adicionales. Mucho menos informaron que el gobierno aseguró se respetará todo el efectivo en manos de la ciudadanía y sus depósitos bancarios y volvió a asegurar no se acudirá a las habituales terapias de shock neoliberales comunes en América Latina.
Con información de tal calidad y tan apegada a los hechos los lectores de esa prensa que se dice libre deben suponer que los cubanos al fin seguimos la doctrina de Milton Friedman y que el bloqueo norteamericano logró sus objetivos de hacer que Cuba abandone la justicia social. Y si hasta en la isla han tenido que renunciar a esas garantías qué hacen ellos luchando por ellas en sus países.
Nada, que a la hora de informar sobre Cuba esa prensa no es clasista ni partidista, pero sí independiente, independiente de la verdad y del derecho de sus audiencias a conocerla.